Vanessa, la mujer que logré hacer a mi gusto - Relatos Eróticos

Vanessa, la mujer que logré hacer a mi gusto

... frente a una persona y fuera de mi casa.

- Espera, tranquila, vamos a hacer algo, no vamos a ir al lago, ahí va mucha gente del pueblo los fines de semana, mejor vamos a otra parte, en la ciudad hay menos probabilidad de toparse con alguien conocido, y sirve que podemos dar la vuelta en el auto para quetomes más confianza, si sientes que no podrás seguir te cambias y listo, no pasa nada.

Dudo un poco pero acepto mi propuesta, me seguí de frente y a unas dos horas de.camino  entramos por fin a una ciudad mediana, la anduve paseando en el auto, me detuve en un parque y la.invite a bajar, se negaba pero insistí hasta convencerla.

-Me.tiemblan las piernas don.

-Tranquila, vamos a almorzar.algo, ya es tarde y yo tengo hambre, pero antes modula un poco tu voz ( no es que tuviera una voz grave pero si se notaba que era de varón) fíjate como caminas, traes falda recuerda y no me hables de usted, háblame por mi nombre para evitar malos entendidos

-¿Malos entendidos, Como cuáles?

-Tu ahora eres una señorita, podrías pasar como una niña y si me hablas de usted se notará más el que un hombre mayor este con una casi niña. Pero, pero hay algo más, ¿Cómo te llamas? No puedo llamarte por tu nombre.

Sonreímos los dos y mirando a lo lejos me dijo

-Ceeo que me llamaré Vanessa, así se llama la chica que me gustaba en la secundaria y que me dio miedo hablarle, quizás si lo hubiera hecho ahora mismo no estaría acá haciendo estás joyerías,-Suspiro y sus ojos se humedecieron ...

... un poco, contuvo un inminente llanto y la abracé para dalrel un poco más de confianza le dije.

-Me gusta, Vanessa es un hermoso nombre que te queda a la.perfecion.

Al abrazarla y sentir su piel suave no pude menos que estremeceme, la.locion que que se había untado me prendió aún más h no.pude evitar tener de nuevo una erección.
Le di mi brazo y caminamos por el parque, dimos una vuelta hablando y aconsejandole de como actuar, entramos a una cafetería y tomamos un almuerzo ligero, poco a poco se iba tranquilizando al ver qué nadie reparaba en ella y se le dirigían como señorita.  Salimos a caminar después de el almuerzo, entramos a varias tiendas y le compré ropa, de mujer claro está, Se negaba porque me decía que no iba a nadar todos los días así, que está locura solo sería esa ocasión.

-De todas formas, si en tu casa estando sola quieres hacerlo lo haces y punto.

Ya era tarde cuando fuimos a un restaurante a comer, todo iba bien hasta que una persona.se acerco a saludarme muy efusivamente

-Ese Fer, ya no quieres saludar.  Se trataba de un amigo del pueblo, iba con su esposa y estaba retirándose del restaurante cuando me vio.

Lo saludé sin ningún problema y le presente a mi compañía.

-Ella es Vanessa, mi sobrina.

-Hola señorita guapa.

Cruzamos un par de palabras y se retiraron no si  antes decirme en voz baja.

-Haber cuando le presentas tu sobrina a mi hijo, está preciosa.

Me límite a sonreír pero no me molestó el comentario..
Una vez que se ...