1. Los limoneros III


    Fecha: 27/07/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... tranquilidad, donde podía pensar, que después de comer volví a hacer el mismo recorrido. Me senté en el húmedo y frío suelo y me note sin rencor, aceptando la vida tal cual es, con una profunda calma que serenaba mi espíritu y liberaba mi alma. Dice el refrán que no hay mal que por bien no venga, y no le falta razón por triste que sea. Aquello motivó que creciera por dentro y conociera a Marina y Mauricio, excelentes amigos que me acogieron y guiaron. También otros personajes que influyeron en mi vida, más o menos edificantes. Volví a casa cuando las sombras cobraban vida, ahora a las cinco anochecía y parecía más tarde pero ya no sentía miedo. La tarjeta que Luis me entregó para Raúl me quemaba la mano en el bolsillo sintiéndola en mis dedos. Le vi a la mañana como sacaba los coches a la calle para pulirlos la carrocería una vez más, subirse a la torre de la casa para quitar las hojas de los canalones que el viento había arrastrado sin consideración, con una cuerda atada a la cintura en un extremo y el otro a una de las chimeneas, para vencer la inclinación del tejado. Se estaba preparando para marchar cuando regresé ya tarde. -¿Te quedas a tomar una cerveza? -dudó antes de comenzar a caminar hacia la entrada. Nos sentamos ante el hogar encendido y apareció Matilde. -Preparo algo para que cenéis y no admito una negativa. -miré a Raúl encogiendo los hombros. -De acuerdo Matilde, y una botella de vino si aún queda. -cuando la mujer desapareció saqué la tarjeta y se la ...
    ... entregué. -Dice mi tío que llames a ese señor después de las fiestas, esta interesado y es muy probable que os intereséis el uno al otro. -la miró detenidamente y la guardó en el bolsillo de la camisa. -¡Gracias Cristian! Sea sí o no gracias por el favor, se las daré también a tu tío. Matilde nos avisó de que en la cocina nos esperaba la cena. Había extendido un mantel y nos esperaba una suculenta tortilla de espárragos y jamón. El motivo de la conversación se centró en la familia de Raúl. Matilde estaba preocupada por su padre, tantos años viéndose en la misma casa había creado un fuerte vínculo de amistad entre ellos, y la cena, además de rica resultó entretenida y agradable, como si volviéramos a los tiempo donde, aquí mismo, merendábamos a veces bajo su supervisión. Lo acompañé hasta la salida y cuando se alejaba le grité. -¡No voy a vender la casa! -se volvió y pude ver la sonrisa entre su barba. -Hasta mañana Cristian, vendré mañana antes de que marches. El jueves, ultimo día del año, volvió, pero antes de lo que yo esperaba, justo cuando terminaba de comer, y a pesar de la hermeticidad de las ventanas le escuchaba silbar mientras trabajaba, pasando el rastrillo por la hierba para que se secara al aire y se saneara de la humedad que la nieve había dejado. Matilde recogió la casa y la vinieron a buscar, la escuchaba hablar en la puerta con Raúl y su familiar después de despedirnos, me metí en el baño para comenzar a prepararme, no sabía que ponerme, no había traído tanta ropa y ...
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