CRECER A TIEMPO 2
Fecha: 19/05/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
-Mientras descansás un poquito… ¿te la puedo chupar, papito? Me quedaron ganas de tenerla en la boca. ¡Es tan rica!
-Si, tesoro, claro. Pero ponete encima, así yo también te la chupo, y me tomo el juguito que te quedó.
-Sí, claro. ¡Pero me vas hacer acabar de nuevo!
-Mejor todavía. Es lo que quiero.
Se acomodó para el 69, y sentí como acariciaba la pija con la lengua, mientras yo lamía sus labios, húmedos y tibios. La nena no tardó nada para llenarme la cara con sus líquidos…, con pis y todo… ¡Tan rico! Eso me inspiró. En algún momento haremos el intercambio de orín, depende como venga la mano.
-¡Papito, papito! ¡Qué rico! ¡Qué lindo chupás! ¡Me dan unas ganas!
-Si, tesoro. Acabá todo lo que quieras. ¡Me gustás mucho!
-¡Vos también me gustás mucho! ¡Te la estoy poniendo dura! Dentro de un ratito me la podés meter en el culito. ¡Tengo unas ganas!
-Sí, mi amor. ¡Yo también tengo muchas ganas de metértela! Allí en la mesita está la vaselina. Alcanzámela. Y el consolador que te dio mami también. Ponete en cuatro, a lo perrito.
Unté bien el orto y el consolador. Es de menor diámetro que mi pija. Eso es bueno. La voy a sentir bien apretada. Se lo metí un poquito. Me unté los dedos y le metí dos.
-Mi amor, si te molesta decime, por favor.
-Para nada, para nada. Seguí metiendo.
-Vos relajate…
-Sí, claro. Siento tus dedos…, muy ricos. ¿Cuándo me la metés? La pija, digo… Tengo muchas ganas… ¡voy a acabar de nuevo!
-¡Dale! - Me agaché bajo de su entrepierna y volví a ...
... tragar sus fluidos.
Sé que todo esto me provocará acidés estomacal, pero no me importa. Tomaré antiácido. Luego de limpiarle la concha, puse vaselina nuevamente en su ano, incluso adentro, con los dedos. Los llevé dentro del esfínter, y me puse en el glande y en todo el tronco.
-Ahora va, mi amor. - Como no quería que entrara de golpe, no me enanqué. Eso lo haré la próxima vez que la encule. Me quedé parado y ubiqué el glande en el hoyito. Empujé un poquito sosteniendo a la nena desde las caderas.
-Sí, sí. Te siento. ¡Dale! – Empujé un poquito. - ¡Dale papito! ¡Siento como entra la cabeza!
-Sí, mi amor. Cuando entre la cabeza será más fácil.
-Si, lo sé. Mami me lo dijo.
-De cualquier manera no hay apuro, tenemos toda la noche. Si te duele, aunque sea un poquito, decime, que paro.
-¡No, no! ¡No me duele nada! ¡Metela fuerte! ¡Más adentro! ¡Dale más adentro!
Yo seguí tomándome de sus caderas y por momentos, cuando no empujaba, agregaba vaselina en el ano y en la pija.
-¡Entró la cabeza, tesoro!
-Síííí! ¡Te sientooo! ¡Dale más, más! - La tomé fuerte de las caderas y fui empujando. - ¡Enterrala papito! ¡Enterrala toda!
-¡Ya va! Poco a poco.
La tenía por la mitad. Seguí entrando en el culo de Clarisa.
-¡Es bárbaro como la siento! ¡Apretá! ¡Es fabuloso! – La tenía casi toda adentro. - ¡Sí! ¡Qué rico! ¡Sí! ¡Dale más! ¡Es tan lindo sentirte dentro!
Llego con los testículos contra el perineo y los labios externos. ¡Por suerte soy huevón!
-¡Ya está toda!
-¡Sííí! ¡Qué ...