1. Por herencia


    Fecha: 02/08/2018, Categorías: Primera Vez Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... poco más carajo Fausto! Me tumbe a un costado exhausto a pesar de lo poco que pude hacer. Estrella fue al baño y cuando salió. Ya tenía puesta lencería negra. Y traía el teléfono en la mano. —Si, un poco bruto. Pero creo que servirá. De confianza si. Claro, pero. ¿Mañana? Ok, lo veo en la casa suegro.
    
    —¿Que fue todo eso? —Mañana cenas con nosotros en casa. —¿Quienes nosotros? ¿De que hablas? ¿Con quién hablabas? —No es nada de etiqueta, solo llega a las 8:00 por favor se puntual. —No te preocupes. Regresó con el chofer, ya me está esperando. —Pero…
    
    La puerta se cerró y al siguiente día no se presentó a trabajar. Pensé que todo se había acabado. Tampoco Don Agustín se presentó en la oficina. Sin embargo casi para salir, un mensaje hizo que brincara como un niño espantado. Mire la pantalla y decía. ”a las 8 en punto te esperamos“. Así que fui a cas a me di un baño me vestí un poco elegante. Cuando llegue, estuve a punto de dar vuelta y regresar a casa. Pero el portón automático se abrió y no tuve más opción que entrar. Cuando baje del auto Estrella me esperaba con una enorme sonrisa. —Pensé que te acobardarías. Pasa, ¿tienes mucha hambre? —No, no mucha. Estaba hipnotizado, Estrella vestía una vestido muy pequeño, y unos tenis. Nunca la había visto vestida tan casual. Don Agustín estaba sentado en un gran sillón frente a un televisor enorme que ocupaba casi la totalidad de la pared. —Buenas noches Fausto. —Buenas noches don… —Por favor quítame lo de don. Soy Agustín. ...
    ... Estrella dice que eres un buen chico. —Pues se hace lo que se puede don… perdón. Agustín. —El asunto es sencillo. Para poder complacer a esta niña. Necesito tomar viagra, pero a mi edad. Mi corazón no está para tanto. Así que solo puedo hacer muy poco y mírala. Envidiaba a mi hijo desde que comenzaron a ser novios y cuando vinieron a vivir conmigo. No paraba de espiarla. En fin. Creo que ya te contó un poco. —Si un poco, si. —Hay dos formas de que Agustín se ponga a pelo. Intervino Estrella que traía unas copas en la mano y una botella de vino tinto. —Con la pastilla azul o mirando. —Tenía un jardinero que venía los fines de semana, Estrella lo masturbaba y yo los miraba por la ventana. Luego ella venía a mí y podíamos hacerlo sin problemas —Hasta que el maldito nos quiso extorcionar. Dijo Estrella en tono molesto. —Pero, eso ya lo arreglamos. Dijo Don Agustín, quien se incorporó con pesadez para tomar a Estrella por el culo. —Antes el porno ayudaba, pero ahora solo tengo ojos para ella. —¿Entonces lo que usted quiere es que yo…? —Que me cojas, te mame la verga o lo que sea necesario para que Agustín pueda estimularse. —Mira, por dinero no te preocupes. Te voy a pagar bien. Incluso té puedo dar un aumento de sueldo.
    
    Me parecía imposible que existiera alguien que no se pusiera duro, solo de ver a Estrella. Y por mí lo hacía gratis. Pero, lo del aumento suena bien.
    
    —Tu si puedes tomarte la pastilla flash!
    
    —También te compramos un retardante. Por lo visto, tenían toda una ...
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