1. La Soledad de los LLanos (Capitulo 11)


    Fecha: 26/07/2017, Categorías: No Consentido Autor: Carlos Nagasaki, Fuente: CuentoRelatos

    ... su nueva tarea era volver a ver aquella hermosa joven que se encontró en misa. No se había percatado que la jovencita tenía la costumbre de visitar el recinto religioso 3 veces por semana. Afortunadamente para Luis los encuentros con la doncella se hicieron comunes.
    
    ***
    
    SIGUIENDO EL RASTRO
    
    <<tal parece que este chamaco es la muerte, donde quiera que aparece pasa una tragedia>> Sopesó Tadeo Jiménez.
    
    -Jefe, ya supimos quiénes fueron los de la matanza de los Cedros-
    
    -Teo, eso yo lo supe desde el día siguiente de la masacre-
    
    -perdón jefe, no me explique bien, ya sabemos dónde están-
    
    -¡ah, eso sí me gusta¡…dile a los muchachos que ensillen, vamos tras esos cabrones-
    
    ***
    
    Los cuatro demonios causantes de la masacre enLos Cedros improvisaron una choza. Se encontraban bajo uno de los arboles más grandes del RanchoEl Refugio. Merced y Florentino caminaban impacientemente pensando en la manera de volver a tierras tamaulipecas. Sin embargo, un presentimiento atroz castigó la mente de González. Se auguró un negro destino.El Refugio -tal y como su nombre lo dice- era el escondite de los hombres deAdolfo Villarrealcada que realizaban un asesinato. Siempre cumplían con la misión encomendada y enseguida cruzaban a los Estados Unidos para llegar al Rancho propiedad de John Lee Cole. El Refugiose localizaba a 12 kilómetros deRio Grande Texasy a 35 del lugar donde sucedió la horrenda masacre.
    
    -¿Porque no le disparaste cuando lo tenías en frente?-recriminó ...
    ... Florentino.
    
    -¿otra vez con la misma canción?, ya te dije que no quería que nos reconocieran-
    
    -pos sí, pero ahorita ya estuviéramos cobrando la recompensa y sin andarnos escondiendo-
    
    La discusión se interrumpió por los otros dos pistoleros. Estos avisaron a Florentino y a Merced que alguien se acercaba; Los 4 matones tomaron sus armas y formaron posiciones de ataque. Segundos después reconocieron la falsa alarma. Se trataba delGringo.El dueño del lugar los ayudaba a esconderse y les llevaba comida.
    
    -¡ave maría! - exclamó el Norteamericano.
    
    -¡ya te vimos John!-
    
    -aquí les traigo comidas-
    
    -ta bien, oye John ¿Porque no podemos quedarnos en el rancho como otras veces?, ¿porque tenemos que dormir en medio del monte?- cuestionaba Merced mientras guardaba su arma.
    
    -¡oh god damn it[2]¡… look Merced, los Rangers[3] los están buscando de este lado también- explicó John.
    
    -¿Porque no nos habías dicho?- se inmiscuyó en la conversación Florentino.
    
    -no los quería asustar- enfatizó el norteamericano.
    
    -¡A nosotros no nos asusta nadie!- contestó amenazante Epigmenio Saldaña.
    
    -¿who the hell is this guy[4]?-EnfurecióJohn Lee Cole al momento que Merced calma al colérico pistolero.
    
    - no hemos tenido chansa[5]* de hablar. Estos dos muchachos son gente de mi confianza. Ellos son Epigmenio Saldaña y el Crisóstomo Peña- Comentó González.
    
    El Gringocriticó los nombres complicados para su mal español. Enseguida explicó que deberían quedarse entre la maleza por un tiempo. No ...
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