Hermanos de tierra caliente
Fecha: 02/08/2018,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... viene agotado de andar de catre en catre. Además a ti qué más te da por qué lo hago. Es mi decisión.
«Y si Mateo lo hace, ¿por qué yo no?», pensaba ella en aquel momento.
Era obvio que la sabrosa lugareña actuaba por resentimiento, pero para Silvano, de cualquier manera, sería una bendición.
Por fin, Silvano rodeó a Renata con sus musculosos brazos y la hizo para sí. Ambos se besaron con tal pasión que parecía que se devorarían uno al otro. Esto los llevó a un revolcadero que la cama apenas pudo resistir.
—¿Me la chupas? —le instigó la desinhibida muchacha.
Silvano, inexperto, dudó, pero la ya experimentada mujer lo agarró de los cabellos y hundió su cabeza entre sus piernas. Al muchacho no le quedó más que seguir sus instintos.
El rostro de Renata se extasiaba de placer al saber que esta vez era ella quien ponía los cuernos a Mateo.
Al joven entre sus piernas se le escurría la vida en aquellos labios verticales que chupaba como si su existencia dependiera de ello. La esposa de su hermano no lo soltaba de la cabeza, cuyos cabellos tenía bien afianzados.
Minutos más tarde, Renata le exhortó a cambiar de posición. Ahora sería él quien se tendiera en la cama mientras que la trigueña se le montaba a horcajadas dándole la espalda pero colocándole su culo a unos centímetros de la cara. En tal postura, Renata se adueñó del falo de Silvano para chuparlo, pagándole así el placer antes recibido.
Los ojos del pobre muchacho parecían salírseles de las orbitas ...
... al contemplar, por vez primera, uno de los aspectos más bellos de la mujer que adoraba: Ese culo femenino muy bien formado.
Tremendas carnes estaban frente a él mientras que abajo era lamido, ensalivado y succionado por su tremenda cuñadita; una hembra de tierra y sangre caliente.
Silvano ya no pudo más, le era indispensable penetrar a aquella hermosura. Tomó la iniciativa para cambiar de posición y ahora colocó a su cuñada de a perrito. Era la posición más obvia, pero también la que con más simpleza resaltaba las virtudes femeninas, sin duda.
Estando detrás de aquel pedazo de mujer, de aquella tan hermosa cola, Silvano sostuvo la punta de su tolete con la mano derecha mientras que con la izquierda se sujetaba de uno de aquellos gajos de piel suave que actuaban como asentaderas. Había llegado el momento de desfogar toda la pasión que por tanto tiempo había reprimido.
La pucha estaba bien húmeda y caliente. El incipiente semental no tuvo problema para deslizarse en su interior. Quizás se había perdido el privilegio de desflorar a tanregia hembra pero, sin duda, se deleitaría con lo aprendido por ella en los días que llevaba de casada con su hermano.
Y así, Renata batió el culo con enorme maestría. Tanto que casi llevó al clímax al neófito muchacho en segundos. No obstante, consciente de ello, supo cuando hacer pausa y cambiar de ritmo para que aquél no terminara tan pronto.
Si bien ambos disfrutaron mucho de aquella primera cópula, no significaba lo mismo para ...