1. Hermanos de tierra caliente


    Fecha: 02/08/2018, Categorías: Primera Vez Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... cada cual. Para Renata era una forma de vengarse de su infiel marido, pero para Silvano era el culmen de la pasión. Un ardor que le inflamara Renata desde hace tanto. Era la máxima efusión de amor. Y es que, a diferencia de su hermano Mateo, en el que el sexo, fuera con quien fuera, nunca pasaría de ser un disfrute físico, Silvano se entregaba en cuerpo y alma en tal faena, haciéndole el amor a aquella hembra a quien siempre amó pero que sólo hasta ese momento pudo demostrárselo.
    
    El hombre sujetó a Renata de la cintura; de las nalgas; de los muslos y de las tetas, mientras la seguía penetrando. Su pubis chocó varias veces con las frondosas carnes de ella. Después de todo, para eso eran.
    
    Las colgantes tetas, cual racimos de prometedor néctar, invitaban a ser mancillados, estrujados y lamidos; Silvano no dudó en darse gusto con ello. También se afianzó firmemente de tales ubres para hallar soporte en sus duras estocadas. La mujer estaba en pleno goce.
    
    —Eres la mujer más maravillosa del mundo —le susurró Silvano al oído.
    
    Renata sintió la honestidad detrás de aquellas palabras. Y es que los piropos le habían llovido desde su paso de niña-mujer, pero no sonaban igual. Jamás los había percibido así, tan sinceros.
    
    La señora quiso, instintivamente, mirarle a los ojos para saber si era verdad su afirmación, pero dada la cuadrúpeda posición le fue difícil. Fue hasta que Silvano estuvo de frente, entre sus piernas abiertas, que Renata miró la sinceridad en aquél. ...
    ... Silvano lo decía en serio; por lo menos él estaba convencido de lo especial de aquella dama, con quien en ese mismo instante follaba. En ese momento ella lo supo. Renata jamás recibiría el mismo trato de Mateo pese a ser ambos hermanos.
    
    Con eso en mente, Renata se vino varias veces antes de que Silvano reventara en su derretida vagina.
    
    Tendidos en la cama, Renata fue la primera en romper el silencio posterior a la sesión de sexo.
    
    —¿Por qué dijiste eso?
    
    —¿Qué cosa? —le preguntó a su vez él.
    
    —Eso... de que soy especial, ¿lo decías en serio? —dijo casi rompiéndosele la voz.
    
    —Claro, para mí lo eres, siempre lo has sido —le dijo Silvano—. ¿Sabes? Te amo desde que éramos escuincles.
    
    —Qué lindo eres —dijo ella, teniendo las palabras de Silvano por ciertas.
    
    —¿Por qué no te vienes conmigo? —le dijo él y ella asentó una expresión desconcertada en el rostro—. Sí... nos largamos de aquí. De este pueblo.
    
    —Pero... aquí tengo a mi familia. Mis padres y a Mateo. Y pues él... sea como sea es mi esposo —le respondió con tono de inseguridad en la voz.
    
    —Él siempre te será infiel y tú lo sabes. Nunca va a dejar de ser así. Vente conmigo. Formemos nuestra propia familia. Te prometo que para mí tú serás la única. Teniéndote a mí lado no necesito más. No te faltará nada, te lo juro —dijo Silvano con más seguridad que nunca en su vida.
    
    La mujer quedó muda. Silvano hizo que ésta le mirara a los ojos.
    
    —Te juro que te haré feliz —afirmó él.
    
    La camioneta creó una densa ...