1. Entre primos


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Esta historia ocurrió hace mucho tiempo, cuando apenas era un niño, cuando sin pensarlo dejaba atrás mi inocencia. Tenía 9 años, para mí en ese entonces mi vida todavía era la de un niño, como cualquier otro, que jugaba a las escondidas, con sus juguetes, que le encantaba correr y disfrutar de su infancia. Raúl, un primo un año menor que yo, lo veía rara vez, a veces en la cancha de fútbol cuando acompañábamos a nuestros padres o en algún paseo familiar. Nos llevábamos bien, pero éramos muy distintos y tampoco compartíamos mucho. Un día mis tíos (sus padres) me invitaron a dormir a su casa y desde ese día me acerqué mucho más a mi primo, nos hicimos más amigos. Las visitas eran casi todos los fines de semana, yo en su casa o él en la mía. Raúl un día llegó a mi casa, distinto con mucha más personalidad de la que ya tenía. Me dijo que necesitaba contarne algo que descubrió. Nos fuimos al patio de la casa y me contó que la gente más grande hacía ciertas cosas. -Yo creo que a ti el pene también se te pone duro a veces- me dijo con curiosidad - a mí me pasa seguido y averigüé con unos amigos más grandes el por qué, pues el hombre le mete el pene así duro en la vagina de la mujer, a todos les gusta hacer eso, así se hacen los hijos, ¿sabias?. Recuerdo muy bien sus palabras, una explicación con un poco de picardía e inocencia, mientras lo graficaba con un dibujo en la tierra del patio de mi casa. yo la verdad a pesar de ser un año más grande, era mucho más inocente, pues no sabía ...
    ... nada de aquello. Mientras observaba sus dibujos en el suelo me interrumpe con la siguiente frase, que tampoco olvidaré, nunca. “dos hombres también pueden, uno le mete el pene pero en este caso en el trasero”. quedé impresionado, no podía imaginar cómo podría pasar algo como eso. Mi primo entre broma agregó, mira ya se me paró, se puso de pie y vi su bulto, yo avergonzado ocultaba el mío que estaba igual. Mi madre en ese entonces nos llama a almorzar y nuestra conversación quedó hasta ahí. Mi primo Raúl de 8 años me enseñó muchas cosas, cosas que yo no tenía idea, pero me gustaba que me las contara, pues sentía algo raro pero interesante en mi estómago cuando hablábamos de aquellas cosas. Era morbo, que en ese entonces no lo sabía. Un día me quedé en su casa, jugamos toda la tarde hasta que ya estaba oscureciendo y mi tía nos dice que debemos de bañarnos antes de acostarnos. Bueno, nos hizo sacar la ropa y nos metió a los dos a la ducha. Fue un momento incómodo, pues vi a mi primo desnudo y mi pene de inmediato se puso duro, me avergoncé tanto que le di la espalda a él para disimular y para mi sorpresa siento su pene duro rozar mi trasero, -deberíamos probar todo eso que te conté, para ver si realmente es tan bueno-. Me dijo, luego agarró mi pene con su mano y comenzó a frotarlo mientras el rozaba el suyo con mis nalgas, sentí un montón de cosas, no sabía si lo que hacía era bueno, malo o normal, solo lo disfrutaba. Mi primo me dio vueltas y me besó, me dijo que eso también se ...
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