1. Entre primos


    Fecha: 03/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... hacía, la verdad estaba tan informado del tema que hasta llevo mi pene a su boca, succionándolo y dándome mucho placer, sentí cosas sensacionales, magníficas, pero el tiempo de la ducha había terminado. Pero no me entristecía, porque ahora nos tocaba dormir. nunca antes había deseado tanto ir a la cama, como aquella vez. Esa noche fue magnífica, a pesar de que ambos éramos inexpertos, nos acariciamos, nos besamos, lamimos nuestros miembros e intentamos la penetración pero sin éxito. Las visitas entre nosotros eran constantes, nuestros padres pensaban que nos llevábamos tan bien que no podíamos estar separados, pero no era eso, lo único que queríamos era darnos placer, experimentar más a nuestra corta edad, hacer más grande el morbo. Una tarde en mi casa mis padres salieron a comprar y nos dejaron un tiempo a solas, fue el tiempo perfecto para hacer de las nuestras. Raúl me puso boca abajo y bajó mis pantalones, abrió mi trasero y metió un dedo con saliba, me dolió mucho pero aguanté, se puso enfrente de mí y me pidió que le chupara el pene y lo dejara lleno de saliva, es lo que hice con muchas ganas, él se quejaba tanto y eso me calentaba un montón, luego de un rato se subió encima de mí e introdujo lentamente la cabeza de su pene en mi culo, me dolió tanto que hasta me salieron lágrimas, pero él me dominó y al rato ya tenía su pene dentro de mí, completamente, me penetró por mucho rato, con quejidos y besos ricos entre medio. Me sentía en el cielo. Sentimos bulla y volvimos ...
    ... a la normalidad rápidamente, eran mis padres. Pasaron días en que no veía a Raúl y yo lo deseaba más que nunca, no dejaba de pensar en él, en su pene, en su cuerpo moreno y perfecto trasero, pensaba en él día y noche, quería volver a tenerlo en mi cama. Llegó el día, por fin vería al morenito, mi primo que tan loco y deseoso me tenía. Era de mañana y yo todavía estaba acostado, mi mamá le dice que si quiere se puede sacar los zapatos y acostarse también un rato, pues hacía frío. Él no dudó en hacerlo. Esta vez cuando mi madre nos dejó solos, el se dio vuelta (bajo las tapas) y me dio la espalda, yo no sabía qué ocurría. Miré por debajo de las sábanas y veo su culito, él se lo agarraba y abría con ambas manos dejando ver su ano, dispuesto a ser follado, esta vez por mí. Mi verga estaba más dura que nunca, la llené de saliva y no esperé más y se la enterré toda, el gritó tanto que mi mamá vino deprisa a ver qué ocurría, que casi nos descubre. Al ver que estaba todo bien, sale nuevamente de la habitación y Raúl ya estaba lamiendo con todas las ganas de mi pene, como un dulce, mientras yo agarraba su culo que tanto me gustaba. Sentía tanto placer, me gustaba mucho, lo disfrutaba. Creo que en ese entonces ninguno producía semen aún, pero estoy seguro de que sí hubo muchos orgasmos. Lo lamentable de todo esto es que un día él sin razón alguna dejó de hacerme lo que a mí tanto me gustaba, me decía que no, que no se debía hacer, y simplemente acabó. Un día visitamos su casa con mis ...