1. Ayudando a Mamá (06).


    Fecha: 05/08/2018, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuerpito me brindaba poco punto de apoyo pero el interior de su conchita me estaba volviendo loco.
    
    - ¡No! Casi nunca, ahhhhhhhhhh siiiiiiii.
    
    - Pero si en el barrio te conocen como la más petera, no creo que eso sea mentira, yo mismo te vi haciendo varios petes en cada rincón oscuro que encontrabas – no dejé de darle mientras hablaba y ya me estaba agitando un poco.
    
    - Ahhhhh, ahhhhh – sus gemidos parecían salidos de un animé hentai – es que hacer petes sí me gusta. No sé por qué, pero no lo puedo evitar. Si alguien me lo pide, y es lindo, no puedo decir que no. Y si no me lo piden tampoco. Siempre y cuando el chico sea lindo – cada palabra que dijo vino acompañada de jadeos y gemidos – pará, ¿tenés forros? – me detuve en seco.
    
    - No, nunca uso. ¿Vos no tomás anticonceptivos?
    
    - No, porque engordan.
    
    - Como si a vos te mataría engordar un par de kilos. Estás re flaca.
    
    - Eso no es asunto tuyo. Ya sé que estoy flaca, pero eso no quiere decir que vaya a querer engordar porque sí – yo ya le había sacado la verga y estaba mirando su culito con ganas.
    
    - ¿Y si entro por atrás? – le pregunté.
    
    - Bueno dale.
    
    Levantó su colita, era pequeñita pero muy hermosa y bien formada. Lubriqué su cola usando los fluidos de su vagina y algo de mi saliva. Esta vez fui más cuidadoso, tal vez le había dado menos uso que a la vagina. No entraba, por más que presionara no lograba avanzar ni un milímetro. Ella se mantenía quieta sin decir nada. Volví a intentarlo y nada. Me ...
    ... estaba impacientando. Presioné fuerte y entró un buen pedazo.
    
    - ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH!! – el grito de mi prima casi me mata del susto.
    
    - ¿Te dolió mucho? – estaba tan apretadito y rico que no me detuve.
    
    - ¡Como la puta madre! ¡Ahhhhhhh! – su carita se puso roja y hundió la cara en la almohada para apagar sus gritos.
    
    - Vos me diste permiso ¿cuántas veces lo hiciste por atrás? – me quedé quieto sólo para darle un pequeño respiro.
    
    - Ninguna.
    
    - ¿Cómo que ninguna? – pensé que era más putita, aunque sí petaba a cuanta verga se le pusiera adelante - ¿Entonces por qué me dijiste que la meta?
    
    - Porque no quería quedarme con las ganas de coger con vos, otra vez – me conmovió ese “con vos”.
    
    - Que linda. Bueno, prometo ser más suave.
    
    Comencé a moverme muy lentamente, dejando que su culito se dilatara de a poco. Ni siquiera llevé la verga hasta el fondo, me mantuve metiendo y sacando la puntita. Su agujerito ya se estaba abriendo bastante y ella ya no daba la impresión de estar sufriendo. Me adentré un poco más y lo sentí más suave, pero debía admitir que se sentía mejor que el culo de mi madre. Escuché que gemía de placer.
    
    - ¿Te gusta? – le pregunté.
    
    - Ay siiii, siii. Está muy bueno. Ahhhhhh. Seguí, seguí… más rápido… siii, ahhhh, más rápido… ahhhh… ¡Más rápido carajo! – se enojó.
    
    - ¡Uy perdón! – me di cuenta que casi no me estaba moviendo, me había quedado pensando en una cosa que después debía preguntarle a mi madre, pero ahora tenía que atender bien ...
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