1. Cornudo consciente


    Fecha: 06/08/2018, Categorías: Poesía Erótica, Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... el fin de la historia no viene al caso, lo que sí importa es que a medida que avanzaba la película Gretel se fue acurrucando cada vez más contra mi cuerpo y en algún momento sugirió muy por encima, como buscando mi reacción si me gustaría verla mientras estaba con otro tipo, yo fui cortante con la respuesta, pero esa noche sin decir nada los dos estuvimos explosivos como pocas veces lo habíamos estado y fue evidente que nuestros cuerpos dijeron cosa que nuestros labios callaron.
    
    Poco a poco la idea fue tomando forma en mis pensamientos, una mezcla de humillante dolor y desconocido placer, ella cada tanto volvía a la carga con indirectas, dejándome ver que la excitaba la idea de que la viera coger con otro tipo y para ser honesto, tal vez de esa manera los cuernos ya no dolerían tanto…
    
    Y llegaría la primera vez…
    
    Hacía unos meses un par de muchachos de nuestra edad, en sociedad, habían abierto un gimnasio a unas de cuadras de casa donde Gretel se había anotado, era lo que sabía por lo que ella me había contado, no le di mucha importancia al tema, ya sabía cómo era…
    
    Pero una tarde tuve que volver antes de lo previsto a casa, ella no me esperaba, y yo no me esperaba encontrar lo que encontré… la música se escuchaba desde lejos, abrí la puerta y ahí estaban ellos, mi esposa tenía unas calzas negras y brillosas con una malla enteriza de gimnasia, amarillo fuerte, de esas que se meten en el culo resaltando la perfección de sus curvas, con sus tetas marcadas y saltonas, ...
    ... una vincha del mismo tono en su frente, el tipo con una amplia musculosa marcando un tórax exageradamente musculoso, ambos transpirados en demasía, se respiraba calor en el ambiente, ella tomó la palabra viniendo a mi lado.
    
    Cariño! Llegaste temprano! me hubieras avisado! espero no te moleste pero hace un tiempo decidí tener personal trainer, el gimnasio estaba muy plomo y hay demasiada gente, iba a decírtelo!...
    
    Y el quien es? – dije cortándola en seco ya que mi esposa estaba lanzando una catarata imparable de palabras
    
    Perdón, soy Marcelo… - terceo el tipo extendiéndome su mano derecha.
    
    Hablamos un rato más, en realidad ellos hablaban y yo escuchaba, pude sentirlo, pude adivinarlo, ese hijo de puta se la cogía, se cogía a la puta de mi esposa…
    
    Poco tiempo después conocí a Gustavo, el otro tipo que también le daba clases, el otro que seguramente también se la cogía...
    
    Gretel una vez más se saldría con la suya, insistió con su idea y me perforó el cerebro, e hizo lo mismo con Marcelo y con Gustavo, al fin nos encontramos en casa los cuatro y disfrutamos la cena.
    
    Mientras compartíamos la comida y hablaba con esos tipo que pronto se cogerían a mi amada, volvieron a atravesarme esos sentimientos como la noche de la película, esa mezcla de humillante dolor y desconocido placer, que de alguna manera me provocaban una rara excitación, porque una cosa era imaginarlo y otra diferente consumarlo y el momento llegaba, estaba al alcance de mi mano.
    
    Pude notar que ...
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