Hice de mi comadre mi amante y luego mi mujer - Relatos Eróticos

Hice de mi comadre mi amante y luego mi mujer

Elisa me escribe en el chat del whatsapp, "a donde me llevaras hoy?-
Yo:  "Hay un nuevo motel a las afueras de la ciudad y dicen que esta muy bueno, allí iremos!-
Elisa: Ay que bueno!, ¿Qué quieres que lleve puesto?
Yo: -Me encantó tu traje de baño, aquel día que fuimos a xxx balneario con tu esposo, el verde, me gustaría quitarte lo yo con mis propias manos-.
Elisa: Ahh si.  Lo voy a llevar, me lo pongo allí y tu me lo quitas!-
Yo.  Entonces paso por ti, en el lugar de siempre?
Elisa:  Si allí estaré.

Llegamos al motel, todo era casi nuevo.  Son aquellos moteles, en donde puedes entrar con todo y tu auto.  Luego en una pared junto a tu auto puedes apachar un botón y cerrar la entrada con una puerta eléctrica.  Luego hay unas gradas, la habitación está arriba.  La habitación esta iluminada con luces tipo cálido.  Nos besamos y luego Elisa entró al baño a cambiarse, yo me senté en la cama y empecé a quitarme la ropa y me quedé solo con un boxer flojito.  En diez minutos salió Elisa, con el traje de baño que le había pedido que se pusiera.  Era un traje de dos piezas, arriba dejaba descubierta la mitad de cada uno de sus senos y la parte de abajo, pegadita, se podía ver el bultito de su vulva semi peluda.  Me paré para recibirla, nos abrazamos y besamos, un rico beso de lengüita y saliva abundante.  Yo le tocaba sus nalgas con mis manos, las acariciaba y luego las apretaba con deseo.  Metí también mis manos dentro de su traje, para tomarlas piel a piel con mis manos. ...

...  Al rato, le bajé los tirantes de la parte de arriba de su traje, pude ver sus bellas tetas, era increíble la redondez de ellas.  Las besé y luego le pasé la lengua a sus pezones, para luego chuparlos y apretarlos con los labios.  Elisa empezó a excitarse, me decía -te gusta mamar mis pechos verdad cariño?-, yo no respondía, porque mamaba sus lindas carnes.  Una de mis manos que acariciaban sus nalgas, se había colado por su rayita y ahora pasaba por su ano y su rajita que se mojaba rápidamente.  Ella emitió un quejido cuando la punta de mi dedo entró en su recto.  Desprendí la parte de arriba de su traje de baño y cayó al suelo.  Le di la vuelta ahora me quedó de espaldas, me fui agachando para bajarle la parte de abajo, sus nalgas me quedaron en el rostro, las tomé le pasé la lengua por todos lados y luego las chupé.  Elisa se agachó y puso sus manos sobre la cama, así me abría su lindo trasero.  Hundí mi rostro en su rayita y lamí su arrugado culito, le pasé la lengua varias veces, ella comenzó a gemir de placer, -así papi, así, así, qué rico me lo haces en mi culo!-, yo ya sabía que ella es sensible a mi lengua en su ano.  Luego abrí sus nalgas, y le inserté un dedo en el culo y otro en la rajita de la misma mano, posteriormente me puse a meter y sacar mis dedos de sus ricos hoyos.  Los gritos de Elisa no se hicieron esperar, luego puse un segundo dedo en su rajita y seguí moviéndolos rápidamente.  Sentí que Elisa comenzaba convulsionar su orgasmo y a gritar de gusto.  ...