Hice de mi comadre mi amante y luego mi mujer - Relatos Eróticos

Hice de mi comadre mi amante y luego mi mujer

... Hubo un momento en que ella me tomó de la mano (que tenia sus dedos en su agujeros) y evitar que los moviera más.  Los dedos y entre los dedos estaba empapado de sus jugos vaginales.

Luego de eso, la subí a la cama, la puse de rodillas en la orilla con su trasero hacia mi que estaba parado por detrás.  Puse mi verga en su vagina y empujé para que se fuera adentro, uff!! estaba caliente allí dentro, empecé entonces a bombear mi verga en su rajita, los gemidos rápido vinieron de Elisa, empujaba y sacaba, empujaba más y sacaba.  Me aferré de sus nalgas para enterrársela toda completa.  Seguí bombeando ahora con más fuerza, Elisa ya no gemía, sino aullaba de placer, me gusta verla así, gozando su sexualidad y mi verga.  Le provoqué otra corrída, -oohhh por dios!!, quee ricoo!!- se quejaba ella.  

Se la saqué solo para cambiar de posición.  Ahora me acosté, tenía mi verga llena de los fluidos vaginales de Elisa.  Ella me buscó la verga y comenzó a chuparla toda, como si quisiera comérsela de verdad, lamió mis bolas y luego metió entre sus labios y boca mi glande y lo mamó rico, como ella suele hacerlo.  Me la dejó limpia.  Luego se montó encima y se la clavó en su rajita, se movió hacia adelante, ya sabía que mientras me cabalga me gusta mamarle sus bellos pechos.  Los tomé, uno con cada mano, y los llevé a mis labios, le chupaba los pezones hasta ponerlos colorados.  En esa posición Elisa con sus movimientos pélvicos y yo con sus pezones en mi boca, hicieron que los ...

... gemidos fueran conjuntos.  Elisa aceleró y comenzó a dar señales de correrse de nuevo, y yo también, estaba haciendo todo lo posible por esperarla.  Cuando ella gritó, yo solté una andanada de esperma en su rajita, mi verga esparcía semen en toda su vagina y útero, mientras Elisa se doblaba hacia atras gimiendo y quejándose.  Delicioso.

Los dos caímos en la cama sudados y transpirados.  A los cinco minutos, ya un poco recuperados, le dije que nos fuéramos a la ducha, que está a un lado de la cama.  Entramos y había un jacuzzí en color blanco.  Nos metimos y puse el agua de tibia a caliente.  Ella se puso en mis piernas acostada y comenzamos a besarnos mientras el agua caía y se iba llenado el espacio.  Mientras la pasabamos muy rico, ella me dijo -Hugo, te quiero decir algo,  voy a dejar a Moises, con esto no quiero comprometerte a nada, solo lo hago por mi y mi salud mental-.  Yo me quedé oyéndola, le dije que desde hace tiempo había pensado que si deberías hacerlo, pero por mi posición, no podía pedírtelo.  Dicho eso seguimos besándonos.

En unos minutos más los besos ya fueron más ardientes y fue ella  quien me dijo que me sentara en la orilla del jacuzzi, ella maniobró mi verga y comenzó a mamar rico mi verga, ahora era más lento y suave.  Se metia toda mi carne en su boca y garganta, me la puso dura de nuevo.  Ahora fui yo quien la puse recostada  en la orilla boca abajo con sus nalgas frente a mi, me gustaba morder suavemente sus nalgas, mientras le atravieso un dedo en ...