Daira: La chica de 1.95m y 34DD - Relatos Eróticos

Daira: La chica de 1.95m y 34DD

... experiencia, una maldita y afortunada experiencia de placer en ese lugar. 
 
 Al acercarme, ella tuvo que inclinarse bastante para poder escucharme al saludar (recordando mi estatura de 1.65m). No se diga más pensé, esta mujer será mi delirio esta noche, sin apresurarme dí otros recorridos para asegurarme de no elegir otra mujer.  

 Ya decidido, volví a acercarme a ella... "Vamos..." dije, me sonrío desde su carita inocente, que para su increíble altura, tenía un rostro de una jovencita. 
 
 Al llegar a la habitación, ella se desvistió y se recostó sobre la cama cómodamente, como si de una pintura se tratara. " - Te gustan las chichis grandes verdad?" pregunto ella con un tono de voz tierno y casual, al par de acariciarle su suave y fresca piel, respondí con un "si, mas o menos" aunque por dentro sepa que se trata de una de mis fijaciones, fetiches innegables. 

 Al separar sus piernas, descubrí una vagina enorme, labios menores que predominaban su grosor sobre los labios mayores, carnosa y deliciosa... dije, sin demorar, ingresé lentamente mi dura erección al tiempo en que Daira tomaba aire y se le iban sus ojos para atrás, mientras estaba recostada sobre la cama y su larga cabellera le formaba casi la forma de un aura. 

 Al incrementar la penetración que le daba, sentía sus largas piernas ir hasta arriba de mis hombros, no había satisfacción más fenomenal que sentir sus robustas y enormes piernas descansar sobre mi, sumado a ver como sus enormes senos rebotaban ...

... descontroladamente.

 Cuando tengo sexo con esas mujeres de senos grandes, mi posición favorita es la llamada "el vaquero" puesto que de esa forma, tengo libertad total en mis manos al tener frente mío y en media caída, los senos de dicha mujer, puedo jugar con ellos y estrellarlos en mi rostro, algo que me enciende bastante; no fue la excepción con Daira, sin embargo antes de pasar a esa posición, Daira me pidió darle en 4, probando un nuevo angulo de esta "espectacular mujerón" dije. Note un espejo a mi lado derecho de la cama con un fascinante reflejo, parecía como si fuera yo tan solo un niño, cogiendo a una mujer duramente, era demasiado notoria la diferencia de estaturas y proporciones, debió Daira haber sentido lo mismo. 

 Antes de cerrar con broche de oro y mi postura favorita en el sexo, recostados sobre la cama conversamos un poco para conocernos, Daira ¡confesó tener solo 20 años!, que sus senos crecieron abismalmente durante la universidad mientras estudiaba administración en su ciudad natal, recién terminada o detenida (no recuerdo) hacía apenas dos meses atrás. 

 Una vez teniendo a Daira encima mío, pude hacer lujo de juego con mis manos y sus tetas, recuerdo estas se movían agresivamente tras cada dura penetrada que le daba a la pobre Daira, quién gemía con tono de entre dolor y mezcla de satisfacción, no podía sostener sus tetas con mis manos, intentaba sujetarlas pero era imposible, pues desbordaba su carne por alrededor de mis manos, recordando así, ...