1. Fantasías en la playa


    Fecha: 07/08/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... polla en mi coño; mientras yo me decidía me comenzó a dar leves besitos en los pechos y en el vientre, yo le acariciaba el pelo, enredando mis dedos entre sus largos cabellos; deseaba que me llenara.
    
    -Tienes condones?
    
    -Sabía que esto podía ocurrir, así que traje uno en el bolsillo que tengo en mi toalla
    
    -Pues a qué esperas
    
    Me levantó entonces y me bajó las piernas, me quitó la toalla de debajo de la espalda y sacó el condón. Se lo puso fácilmente y se colocó sobre mi. Me abrió muy despacio las piernas, deteniéndose en acariciarme a cada milímetro. Yo ya estaba recuperada, al menos en parte, de esa última ascensión al Everest de los orgasmos cuando de repente comencé a notar la punta de su polla en mi vagina. “Espera” le dije “ponte debajo de mi, yo te deleitare ahora” concluí. Se tumbó en la toalla, boca arriba, mientras yo sentada a horcajadas en su vientre comenzaba a masajearle el pene; tan pronto como comenzó a gemir me di la vuelta para verle la cara y situé mi vagina sobre la punta de su glande, sonrosado, y ahora pálido por el condón. La rozaba como unas alas de mariposa; eso era como una tortura, pero que a la vez incita a la excitación, “por favor baja ya” le oía decir entre gemido y gemido, hasta que ya no se pudo contener, me agarró por los brazos y de una embestida, fuerte, penetrante, me introdujo toda su polla. Aquello fue el éxtasis total, se deleitaba en hacer el amor, no en el puro sexo, era un profesional; duras embestidas se seguían de leves ...
    ... envites y viceversa, hasta que tras una serie de largas, potentes y rápidas embestidas nos llegó el orgasmo a los dos, nuestras respiraciones, al unísono, repiqueteaban en nuestros oídos, nuestros corazones palpitaban casi a la par, bombeando la sangre hasta nuestros cerebros para recuperar el sentido, perdido hacía ya varios minutos.
    
    Nos quedamos tumbados en la toalla, cubriéndonos con la otra, el uno abrazado al otro. Yo estaba muy cansada, habían sido demasiadas emociones por una noche.
    
    -Creo que he llegado al límite de mis fuerzas, estoy agotada, no puedo ni moverme.
    
    -Quieres que te lleve a tu cama?
    
    -No estaría mal
    
    Dicho esto, se levantó se puso el bañador, que apenas le servía para cubrir la erección y me cubrió con la toalla, cogí mis cosas y agarré la otra toalla; me llevó en volandas hasta la casa y me ayudó a subir la escalera, el también estaba algo cansado.
    
    -Quédate conmigo
    
    -No creo que deba...
    
    -Después de lo de esta noche qué importa, además, creo que ahora me toca a mi satisfacer tus deseos, y aquí tengo preservativos...
    
    Se lo pensó unos instantes, “por qué no?” se dijo.
    
    -Esta bien, pero creo que te convendría descansar, estas muy agotada.
    
    -Creo que ya estoy mejor, además, por lo que veo aún sigues cachondo
    
    -No quiero que te hagas daño, en fin...
    
    -Déjate de tonterías, voy a darme una ducha para quitarme la sal, vienes?
    
    -Creo que no debería...
    
    -Déjate de excusas...
    
    Y de un tirón le metí en el baño, deseaba ser jodida ...
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