1. Fantasías en la playa


    Fecha: 07/08/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dejando que la sangre fluyera de nuevo hacía el cerebro, entonces me soltó, me dio la vuelta y me la metió como si fuera un animal, por detrás. Notaba sus testículos golpeando contra mi inflamado clítoris, aquello era un vicio. “Quieres que también te dé por el culo?” me preguntó, deseaba probarlo todo y acepté, pero al cabo de unos instantes tuvo que dejarlo porque me hacía daño. “Entonces vamos a probar otra cosa, ponte a gatas mirando hacia mis pies, encima de mi”, así lo hice, y el desde abajo hacía saltar el colchón y me la metía y me la sacaba al ritmo que los muelles imprimían, varias veces perdí el equilibrio y caí sobre su verga cuando estaba abajo; eso nos excitaba y nos hacía incrementar el ritmo, hasta que estallamos en otro orgasmo el uno en el otro, el otro en el uno.
    
    Después de aquello nos quedamos dormidos hasta bien entrada la mañana. Cuando desperté se había ido, a cambiarse a su caseta y a comenzar sus trabajos. Yo miraba por la ventana mientras limpiaba los coches. Con qué cara nos miraríamos ahora? No todos los días se encuentran unos amantes como nosotros. Habrá sido un sueño?
    
    Miré por la habitación y la puse patas arriba, ni condón, ni toalla, ni traje de baño..., lo habría soñado? Me puse algo de ropa y salí a la calle.
    
    -Han llegado ya mis padres?
    
    -No señorita, aún no.
    
    -Una pregunta...
    
    -Sí, fue real...
    
    -Empezaba a pensar que no...
    
    -Yo también...
    
    -Tómame aquí, en el coche
    
    -Pero y si vienen sus padres
    
    -Que se unan, ...
    ... además no creo que aparque el coche en el garaje, esperará que tu lo aparques.
    
    -Pero no debería...
    
    -Por favor...
    
    Esta última frase fue como un gemido, necesitaba tenerle dentro de nuevo, una y otra vez. Me llevó hasta el asiento trasero de la limusina blanca de mi padre, allí comenzó a quitarme la camiseta y el tanga, yo por mi parte le desabrochaba los pantalones y le bajaba los bóxer que llevaba. Comenzó a besarme apasionadamente, una y otra vez su lengua se enrollaba con la mía, mientras su mano exploraba todas las partes de mi coño, haciéndome correrme; yo por mi parte no me estaba quieta y le masajeaba su enorme polla con la mano. Comenzó a besarme el cuello, los pechos, me besuqueaba los pezones como si fueran algo exótico, casi como pequeños trozos de chocolate blanco, que en lugar de derretirse se endurecían cada vez más; yo seguía masajeando su polla que parecía querer explorar el interior de mi vagina una vez más. Esa situación de “Me van a pillar” me excitaba más y más, bajo sus besos y sus manoseos en mi clítoris me llegó el primer orgasmo; fue tan dulce como los de la noche anterior, su boca se alojó en la mía una vez más antes de enterrar su lengua en mi vagina.
    
    Yo estaba sentada en el asiento, mientras él, de rodillas, me lo chupaba firmemente. no podía soportar estar quieta, así que me tumbé y le hice girarse, dejando su enorme polla cerca de mi boca. Comencé como la noche anterior a besuquearsela y a darle leves mordisquitos lo cual le hizo emitir un ...
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