Roger, mi esposa y yo
Fecha: 10/08/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... minutos talvez caminando, ven en falda – le sugerí pues seria mas cómodo para todo. No te demores le dije y corte casi sin darle tiempo a hablar mas por temor a que desistiera a ultima hora
Apenas corte la llamada, me puse de pie levantando a Roger conmigo, era mejor poner a disposición a Roger, le baje el buzo algo sucio que traía, no puso ninguna resistencia aunque parecía preguntarse que ira a pasar o que va a hacer conmigo, dejo al descubierto su ya gorda y flácida pinga que colgó como péndulo, casi se lo admiré pero mas me excité reconociendo la diferencia entre la mia y la de el, no había comparación o si, la diferencia era tremenda o abismal mis trece o en el mejor de los casos 14 cm quedaban ridiculizados ante esos quizá 14 cm en flacidez y esto sin mencionar que era mas gorda así como estaba que cuando la mía esta dura.
Esa era la verdad y me alegré aun mas sabiendo que era el tamaño ideal que quería para Adela, sin ningún miramiento lo tome con mis manos había que auscultarlo, es decir dejárselo lista para Adela, había ido muy bien preparado, de mi pequeño bolso saqué una botella de agua y un jabón, estando Roger sin pantalón procedí rápidamente a lavarle la pinga lo suficiente para dejarlo oloroso y limpio, así pude experimentar por primera vez coger con mis manos otra pinga que no fuera la mía, sentí un no se que, mas cuando aun cuando no era mi intención se le fue poniendo dura, tranquilo Roger aun no, espérate unos minutos que ya viene tu hembra – le dije ...
... y entre esa sonrisa forzada que le conocemos algo me dijo o trato de decir, le día una manita de agua a su cara algo sucia y sus manos también y quedo en dos o tres minutos listo para que Adela no pudiera argumentar que estaba demasiado sucio, aunque la verdad es que su ropa si la estaba, total sabíamos que el andaba así, lo pensé un momento y decidí dejarlo solo con le polo que traía puesto, metí la mano a mi bolso y saque la delgada manta que extendí sobre la hierba , se sentó a mi pedido, un par de minutos mas marque y llame otra vez, donde estas . respondió Adela, por donde estas tu le dije, estaba en el camino correcto y conociendo los alrededores de nuestro pueblo ya que en nuestra juventud esos cañaverales habían sido nuestros hoteles naturales, lo guie mejo por lo que en cuatro minutos exactamente entraba al lugar donde lo esperábamos.
Roger la miro apneas la vio llegar, sentado con las piernas juntas y estiradas tenia la pinga flácida descansando en su entrepierna.
Adela se ruborizó ante tal situación, claro que vio a Roger y de seguro aun sin premeditarlo vio también su pinga.
No te preocupes, todo esta bien – le dije – pues mostraba incomodidad. Traía puesta la falda que le había sugerido y eso me dio la seguridad que estaba decidida a consumar nuestra fantasía.
Mira esa pinga le dije mientras tomándole por los hombros y colocándome detrás de ella le señalé a Roger la acerque un poco mas de donde había quedado parada, casi a los pies de Roger la abrace ...