1. La reeducación de Areana (8)


    Fecha: 14/08/2018, Categorías: Confesiones Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... traicionó la ansiedad…
    
    -¿Y en que consistió esa prueba?
    
    -Le hice tragar mi pis.
    
    -¡¡¡¿Qué?!!!
    
    -Lo que oíste, putona. La hice acostar de espaldas en la bañera y meé en su boca. Se lo tragó todo y encima felicísima. Ya está lista la pendeja. Algo le debe haber pasado por dentro. Lo cierto es que aceptó que es una sumisa de mi propiedad. Tengo que averiguar qué está sintiendo para dominarla más y mejor.
    
    -Oíme. Me estoy mojando. Invitame para que yo vea cómo la meás.
    
    -Está bien, te debo eso. Yo te aviso.
    
    -¡¡¡Pronto!!!
    
    -Mañana te llamo. –se comprometió Amalia y en cuanto cortaron la comunicación Elena se tendió en la cama y se masturbó frenéticamente.
    
    …………..
    
    Al día siguiente, a las cinco de la tarde, Elena estaba en el dormitorio de Amalia, consumida por la ansiedad. Minutos después, Marisa traía a Areana y la dejaba a merced de ambas depravadas.
    
    Elena sintió que todo lo que había estado viviendo en los últimos tiempos ardía como lava de un volcán dentro de ella e inclinándose hacia la niña, que permanecía en cuatro patas, le dijo:
    
    -¿Así que ahora te gusta beber pis, perrita?
    
    -Sí, señora Elena… El pis de la señora Amalia… -fue la respuesta murmurada en voz baja por la niña.
    
    -¿Y qué pasaría si la señora Amalia te ordenara beber el pis de otra persona? –preguntó Elena y le guiñó un ojo a la dueña de casa.
    
    -Lo bebería. –contestó Areana sin vacilar.
    
    La dueña de casa curvó sus labios en una amplia sonrisa mientras en sus ojos brillaba ...
    ... una mirada perversa.
    
    -Ya lo ves, Elena, es totalmente una sumisa y absolutamente mía.
    
    -Claro que lo veo. Nada queda en ella de esa pendeja rebelde que fue. Nada. Ahora es la sumisa Areana. Quiero mearla. –dijo Elena.
    
    -Te lo concedo. –fue la respuesta de Amalia, quien agregó:
    
    -Desnudate y te metés en la bañera.
    
    Elena se despojó de sus ropas y acompañó a Amalia camino al baño con Areana en cuatro patas llevada de la cadena de su collar.
    
    Ya con la niña echada de espaldas en la bañera, Elena ocupó el lugar adecuado y una vez que Amalia le hubo ordenado a la pupila que abriera bien la boca lanzó un prolongado chorro de orina hacia el objetivo. La sumisita tragó toda la orina, tosiendo cada tanto pero sin siquiera la más mínima resistencia, provocando la admirada excitación de Elena, que preguntó cómo hablándose a si misma:
    
    -¿Qué hija le vas a devolver a la pobre Eva?
    
    -Mmhhh, eso de devolvérsela es muy relativo. Se la va a llevar a su casa, eso sí, pero Areana ya no le pertenece. Areana es mía.
    
    -Y mientras tanto, ¿con la pobre Eva qué?
    
    -Esa estúpida tendrá de regreso a la perrita una vez que esté graduada.
    
    -¿Se la vas a dejar a ella?
    
    Amalia rió entre dientes:
    
    -¿No acabo de decirte que esta nena sumisa es mía?
    
    -¿Y entonces?
    
    -Ya irás sabiéndolo todo.
    
    -Bueno, sabiendo lo encantadoramente perversa que sos, me gustaría no sólo saberlo sino también participar…
    
    -Dalo por hecho. –aseguró Amalia curvando sus labios en algo parecido a una ...
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