1. EL MILAGRO DEL AMOR.


    Fecha: 15/08/2018, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... mente, transmitidas por mi memoria, como flashes, que en un segundo se reponían unas a otras referenciadas en la imagen de Marta, vívida, real, ante mí… Por finales, aquél cuerpo de ensueño obró en mí como el imán sobre el hierro, atrayéndome irremisiblemente… Me fui a ella y, como la dueña de todo mi ser me reclamaba, me tumbé a su lado; quise hacerlo recostado frente a ella, dándole el frente como Marta me lo daba a mí, pero mi amada me empujó suavemente haciendo que quedara tendido boca arriba… Y mi reina y señora se refugió en mí, arrimándoseme buscando acomodo a su cabeza, a su rostro, en mi pecho… Me besó, nos besamos de la misma manera que antes, besitos y más besitos en los labios, llenos de amor, de cariño, pero enteramente negados de sensualidad. Dejamos las caricias y mi amor se rebulló en mí. Parecerá mentira, pero en esos momentos no me motivaban deseos egoístamente sexuales. • Mario amor mío, ¿sabes?. Estos momentos, desde que estoy contigo…desde que somos novios… (Se quedó parada, callada, un momento)… ¡Porque, tú y yo somos novios; novios dese ya…desde esta tarde! ¿Me oyes, amor?. Novios mi amor… Novios… Dios mío… ¡Tengo novio…tengo novio!. ¡Y soy novia!… ¡Novia de un hombre!… ¡Novia de un hombre al que amo…al que quiero con locura!. Marta era así… Impredecible… Empezaba a hablarte de algo cualquiera, en tono normal, coloquial, y de repente, sin venir a cuento, cambia de tema y tono de voz, y casi, casi, te encuentras ante una “filípica” que ni te cuento y ...
    ... en la que pareces algo así como el “Landrú” del momento… Sí; así era Marta, como una choquillas, una cría, una niña, tan pronto se le ”torcía el carro” o, al menos, así ella lo creía, vaya usted a saber por qué… Pero con la misma facilidad con que, antes, Marta, de una u otra manera, la emprendiera conmigo, volvió a ser lo más tierno y cariñoso que se pueda ser… Volvió a tranquilizarse, acurrucada en mi pecho, acariciándome y besándome ese pecho, pero también mis hombros, mi rostro… Y, de nuevo tranquila, tras ese reciente conato de hasta casi virulencia, siguió hablándome entre caricias y expresiones cariñosas • Perdóname mi amor; ya sabes cómo soy a veces… Me olvido de lo que hablo y “la lío”… Lo siento, cariño; lo siento… Y, colocándose como antes, pues hasta se había erguido ante mí, para hablarme con más énfasis de lo del noviazgo entre nosotros, volvió a ser la mujer más tierna, más dulce, que jamás a mi lado pudiera tener… Nos dimos nuevos “piquitos” en los labios, esos besitos tiernos, dulces, asexuados… En uno de ellos, Marta agarró mi rostro entre sus dos manos y el “piquito” se hizo largo, largo, para acabar por abrirme su boca… Yo me quedé de una pieza, confundido, indeciso, ante tal reacción, en absoluto por mí esperada… Quieto, sin hacer nada…como un pasmarote, sin reaccionar hasta tanto no sentí cómo su lengua acariciaba mis labios, pero sin entrar en mi boca… Entonces, por fin, respondí a su caricia… O, cuando menos, quise hacerlo, uniendo mi lengua a la suya, ...
«12...789...19»