1. Nada conozco sino pruebo


    Fecha: 03/07/2022, Categorías: Sexo en Grupo Tus Relatos Autor: Ani, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... de soltaban más cada día y las bromas o comentarios subían de tono.
    Una de esas cenas, me ocupé que la cena quedará algo salada. Esto permitió que tomarán un poco más. Ese era el día que yo quería probar de una vez una buena cojida de alguno de ellos o de los dos juntos
    Me había vestido con más dedicación, ya que alguna vez los encontré perdidos en la raya de mi culo.
    Con mi marido les habíamos contado que somos swinger, que práctica amos con frecuencia y que nos gustan las experiencias. 
    Así que después de la cena, seguimos tomando una copa más y ellos estaban muy alegres, Brindamos por la amistad, la confianza, la mezcla cultural y empecé a contar algún secreto nuestro que mi esposo secundó muy bien
    A cada historia, le seguía un mimo o un beso intenso con mi marido y algunos roces. Ahí inventé un juego en el que bailamos un rato, y buscando el roce de los cuerpos note que los dos estaban muy calientes.
    Fue así que a poco de empezar el baile, jugamos a la prenda. Bailariamos lento de a dos e iríamos cambiando parejas.
    Fui pasando de mano en mano y ya los provocaba abiertamente.
    Mi esposo mide 1.70 es delgado y totalmente depilado, lo que ayudó cuándo se disfrazó de mujer con peluca y todo para que fuésemos dos hombres y dos mujeres.
    Ellos están más sueltos y había logrado que quedaran solo con un calzón que no podía disimular nada sus erecciones.
    Noté que el menor le tocaba el culo a mi esposo, y me calenté más aún. Empecé a rozarle descaradamente la poronga al ...
    ... mayor con mi culo, frotandolo fuerte hasta que logré que me calce ese terrible palo entre las nalgas. Le llevé las manos a mis tetas y empecé a darle golpes de nalgas en su miembro.
    Me di vuelta, quedando de frente, estaba desesperada por pija así que mirándolo a los ojos se la agarré por sobre el calzón y la sobé
    Era increíble. No pude aguantar más y me agaché para conocer al monstruo que me iba a comer
    Cuando la saqué del encierro apareció una bestia. Más de 24 cms de larga, dura como un hueso, caliente como un fierro, una cabeza de hongo negro y brillosa y dos huevos enormes que se balanceaban debajo
    Me la puse en la boca y solo logré que me entre la cabeza y muy poco del tronco, dejando que mis manos queden en fila agarrando la bestia que no podía chupar.
    Le di una mamada desesperada de más de cinco minutos, logrando que me haga probar su preseminal abundante que tragué cuánto pude, mientras lo seguía pajeando a dos manos.
    Cuando pase a esos huevos, apenas cabía uno por vez forzándome a abrir la boca. Eran dos pelotas duras, peludas y calientes que enamoraban a cualquiera
    Sentí cuando me tomó de las axilas, me levantó como a una muñeca en el aire sin ningún esfuerzo y puso mis tetas en su boca.
    Bajó con sus enormes dientes blancos mi corpiño y me comió las tetas dejándolas empapadas y doloridas de semejante chupada.
    Sentí que me acostó en la mesa y me sacó el short para darme una chupada de concha que me hizo acabar dos veces seguidas.
    Me había cojido el culo con ...