Nada conozco sino pruebo - Relatos Eróticos

Nada conozco sino pruebo

... un dedo mientras me chupaba, y yo sentía que había tenido adentro una pija mediana de lo abierto que lo dejó
Quise mirar cuando sentí su poronga hirviendo queriendo entrar a mi concha.
Veía un brazo grande más que una pija. Era más grande aún que cuando lo mamé
Presionó fuerte y me partió la.concha con ese hongo caliente. El dolor me hizo caer de espalda sobre la mesa gritando.
Sentí sus manos en mis tetas y su pija que entró otro poco, abriendo más aún mi concha rota
La dejo un momento quieta, me acaricio ambas tetas y el vientre con una mano y con la otra me levantó de las nalgas aprovechando a meter de nuevo un dedo en el culo.
Tuve un shock que me llevó a una.cadena.de espasmos descontrolados. Me estaba haciendo acabar de una forma increíble.
Volaba, deliraba, lloraba y genia todo junto cuando me empezó a bombear esa bestia en mi concha partida, creo que acabé más de cuatro veces. Me oriné con su pija adentro y su dedo en el culo que me cojia como animal
Totalmente destrozada, sentí que me sacaba el dedo, la pija y agarrando mi cara me soltaba la leche en la boca que empapó mi cara y mi cuerpo, cayendo en el piso lo que chorreaba.
Era el un bramido de animal, que triunfó en la batalla. Rojo su torso y su ...

... cara, mostraban que había sido intenso su polvo
El me besó en la boca, en los pezones y con suavidad me ayudó a sentarme.
Ahí pude entender esos gritos y llantos que me habían llegado como de lejos mientras me cojían 
Era mi esposo. Estaba con las piernas en el piso, acostado su pecho en la mesa del otro lado y el menor le daba sin parar enloquecido.
Lo estaba matando a pijazos. En un momento veo que se la manda al fondo de una, agarrándolo para que no escape, y empieza a convulsionar dejando en claro que le estaba llenando el culo de leche
Mi marido paso en segundos de tener los ojos cerrados, y gritando de dolor, a abrir los ojos enormes y quedar.con la boca abierta sin emitir sonido, hasta que cayó desmayado en la mesa
Cuando ví lo que le estaba sacando del culo no era real.
Una pija más grande que la que había roto a mi, salía dejando caer leche de su tronco y del culo de mi esposo que seguía abierto y casi salido para afuera.
Le pegó con esa manguera un par de veces en las nalgas, sacando las últimas gotas de leche que le quedaban.
Varios días estuvimos doloridos y agotados.
En cada cena salía el tema y pedimos descanso para la próxima
Porque la.idea era volver a entregarnos a esos senegaleses marivollosos.