migración en pareja - Relatos Eróticos

migración en pareja

NUESTRA PRIMERA MIGRACIÓN (casi acaba con nuestra relación)

A manera de premio o de exilio, la empresa para la que trabajo me promueve a una posición mas alta y con dinero, lo malo o lo bueno es que es en otro país, lo platico con mi mujer y ella esta en perfecto animo de mudar nuestras vidas al extranjero. 

De manera casi inmediata dejamos todo lo conocido y brincamos juntos a un nuevo escenario, lo malo que este escenario no tenia muchos personajes, solo mi mujer (Elena) y yo (José).

Aunque Madrid es un lugar de putamadre, hay cosas que uno debe considerar y priorizar antes de partir, ni Elena ni yo pensamos que esta aventura nos podría alejar mucho, el contacto continuo, la codependencia, el reto mutuo, y que se yo, lograron deprimirnos en el ámbito sexual, no se decirles como paso, pero la llama del sexo se apago, no nos llevábamos mal, solo no encendíamos en la cama; un terapeuta de YouTube dijo que tal ves se debía a extrañar todo lo lindo de la vida atrás. Proponía ir a terapia de pareja y pagar muchas pesetas por sus consultas on line.  No caímos en las terapias. Creímos que si teníamos todo en orden y solo nos faltaba sexo, pues no habría gran perdida (ni que hubiéramos tenido cuerpos esculturales y sesiones pornográficas de sexo candente) éramos sexuales normales.

Una tarde regreso del trabajo y le cuento a Elena que tengo una invitación a un coctel privado en una terraza de lo mas elegante, es una cosa como de juntar pasta para los pobres o algo de ...

... donativos, invitan a muchos desconocidos y les dan champagne y bocadillos y a la vez los convencen de apoyar las causas. A mi el montadito ese no me apetecía del todo, me sonaba aburrido y costoso, pero Elena me convenció y me recordó que tarde o temprano tendremos que socializar con nuestros nuevos conciudadanos. Yo acepté muy a huevo (a la fuerza), y me arrepentí de haberle comentado el plan, ya no había vuelta atrás, iríamos. 

Durante la semana yo trate de desbaratar ese plan, pero a cada intento recibía un recordatorio de que iríamos pase lo que pase, solo porque Elena ya estaba entusiasmada; en una de esas platicas, una noche antes me propuso un concurso, una competencia, un reto. Dijo: “vamos a aprovechar el coctel para socializar y hacer amigos, vamos en plan desconocidos, vamos por separado, tu buscas y yo busco, ambos tenemos que lograr salir de ahí cada quien con un nuevo amigo o amiga, ¿aceptas el reto?”

Ahí se puso interesante el plan y acepte, yo a sabiendas que mi mujer es pésima para hacer amigas, aparte es tímida y nunca sabe de que platicar, yo me sabia con absoluta ventaja en la competencia (dolorosa y humillante) por conseguir amistades.
En serio me parecía humillante el tener que buscar amistad, mi lógica era que la amistad era espontanea y orgánica. Pero así era nuestra realidad.

El viernes del evento yo me fui por la mañana a mi despacho y Elena se quedo en casa, quedamos de vernos en la galería/ casa /museo/ágora/teatro a las 8.

Yo llegué muy ...