1. LA PATRONA EXIGENTE 2


    Fecha: 26/07/2022, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ella sola va gozar de tus besos, tus caticias, tu… lenguita acariciando justito, justito, allí donde tanto te gusta… ¡Y ME GUSTA! ¡Yo quiero seguir sintiendo los agujeritos tapados por vos! ¡Ni hablar de tu lechita! ¡Siempre de postre!
    -¡Jajaja! Tendré que seguir regulando mi energía varonil… ¡Casi nada! ¡Además teniendo de vecinas a Clarisa y Aldana…
    -¡Jajaja! Espero que quede algo para mí…, pero quiero aprovechar ahoraaaaa…!
    Laurita se tiró prácticamente sobre la pija…, y se acomodó sobre mí para un 69. Al tiempo que yo sentía como introducía la pija hasta la garganta, apreté el clítoris con los labios y lo acariciaba con la lengua. Dos dedos de una mano la metí en la concha… y el pulgar de la otra, fueron al culo. 
    Rujidos, gritos y aullidos eran simultaneos y a dúo. ¡Dios! ¡Cómo chupa! 
    -¡Sísísí dale! – Yo la alentaba. Trataba de darle a los dedos y a la lengua toda la energía del mundo. Sentí el glande apretado por su garganta y la legua recorriendo el tronco, lleno de saliva. ¡ACABAMOS AL UNISONO! Cuando Laura se recostó a mi lado, me besó. Intercambiamos nuestros fluidos, un poco de semen de su parte, un poco de su flujo del mío. Nos relajamos para recuperar la respiración y bajar la aceleración del corazón, por lo menos del mío…
    -Me seguís contando tu juvenil aventura con la veterana… Decime una cosa. ¿Ella tendría la edad que vos tenés ahora, no?
    -Si, año más, año menos…
    -Y vos… 19…, o sea…, que sería algo parecido como Clarisa y vos.
    -¡Claro! No se me ...
    ... había ocurrido.
    -Entonces, Clarisa se siente con vos como vos te sentías con Paulina, ¿no?
    -No tanto. Para mí fue toda una sorpresa, cuando creía que venían quejas y castigo. Clarisa siempre supo que conmigo solo había cariño y caricias.
    -Bueno, dale contame…
    
    	“Luego de acabarme en la boca, al estar sentada sobre mi cara, le dije a Paulina que ahora podríamos ir a la cama. Me tomó cariñosamente de la mano, sonriendo me dio un suave beso y caminamos hacia la habitación. Como ya estábamos totalmente desnudos, no hubo demasiados preámbulos. Tampoco había por qué. La dueña de casa levantó las cobijas y quedó la sábana celeste expuesta a nuestras “humedades”. Paulina estaba feliz, no dejaba de sonreír. Se acostó boca arriba, sin soltarme la mano, y me guió sobre ella. Su cuerpo, la voluptuosidad absoluta, se acomodó al mío. Boca con boca, sus tetas apretando mi pecho, nuestros vientres en contacto, entre sus piernas mi sexo…, apretado entre sus muslos…, pero quería darme el gusto. Me deslicé hacia sus pies, llegando con mi boca a sus tetas. Los rosados pezones, en el centro de una areola de cuatro centímetros, estaban duros, a mi “servicio”. Los besé, uno a la vez…, los lamí, primero uno…, luego otro. Los lamí, los chupé, los besé, los mordí. Pasé la lengua por toda la areola…, y luego fui a la otra. Paulina me acariciaba los cabellos y gemía levemente… ¡Qué tetas tan hermosas! Fui a los globos, los lamí centímetro por centímetro. Chupé allí, abajo, donde se encuentra esa ...
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