LA PATRONA EXIGENTE 2 - Relatos Eróticos

LA PATRONA EXIGENTE 2

... exquisita humedad de la transpiración… Sentí sus piernas sobre las mías. Ese roce de la piel de las suyas sobre mis muslos, me provocó estremecimiento. Me arrodillé entre sus piernas y las levanté hasta mis hombros. Paulina me dejaba hacer y me miraba sonriente. Supongo que esto sería algunas de las cosas que me vio hacer con la nena. Sin duda quería que yo probara con ella lo que había hecho con la piba que tenía casi 40 años menos. Acomodé la pija a la entrada de la concha. Compartiendo su mirada y su sonrisa, fui entrando en la medida que sentía el roce de las paredes de su vagina…, para que ella sintiera como horadaba su cuerpo… Cuando mis testículos quedaron contra el perineo, Paulina levantó las caderas aceptando la llegada del glande al útero…, y comenzamos el bombeo compartido… ¡Quería hacer de todo! Apreté sus tetas todo lo posible, amasándolas. Ella llevó una de sus manos al clítoris. Se acarició con énfasis, hasta que sus caricias se acoplaron al mutuo bombeo. Paulina abandonó la sonrisa, cerró los ojos…, y entreabrió la boca. Aumentó el movimiento de las caderas. Sentí la presión sobre mi miembro. Me apretó el cuello con las piernas, se palmoteó el clítoris…, y gritó. «¡Aaaaahhh! ¡Sísísí! ¡Otra vez! ¡Ay Dani, Dios!» Se mordió el labio inferior, se sacudió…, y sentí como sus fluidos me mojaron la ingle. Siguieron hasta las sábanas. Me tiré sobre ella, con las manos sobre las tetas, y fui a su boca. Nos mordimos mutuamente. ¡Su tremendo orgasmo provocó el mío! ...

... ¡Nuestros cuerpos respondían al sexo como si fueran uno! «¡Dani! ¡Dani! ¡Te adoro! ¿Cuánto hace que estamos juntos? ¿15? ¿20 mimutos? ¿Media hora? ¡Dios! ¡Nunca, nunca en mi vida he sido tan feliz y activa con el sexo! ¡Cuatro veces me hiciste acabar! ¡Hacer el amor con vos es la gloria absoluta! ¡Ahora sé plenamente por que tu nena estaba tan feliz!» «Paulina…, yo… quisiera estar todo el día junto a vos…, pero tengo que ir a la facu. Tengo una entrega importante… No quiero perderla.» «¡Por supuesto, mi amor! En ningún momento quiero molestar en tu estudio.» «¡Estas “molestias” son maravillosas…, pero… en otro momento no me importaría la facu…» «¿Pero…, a la noche… podrías pasarla conmigo?» «¡Claro!» «Entonces no vayas al comedor. Vení a cenar a casa…» «¡Listo! ¡Quedamos así! ¡Me voy a bañar Pauli… ¡No quiero ir con tanto olor a sexo a la facu! ¡Jajaja!» «¡Se te tirarían las chicas encima! ¡Jajaja! ¿Podemos bañarnos juntos? Te prometo que “solamente” te enjabonaré la espalda…» «¡Jajaja! ¡Te creo! ¡Y yo solamente te enjuagaré los pies…!» Y riendo, ambos fuimos al baño. Paulina abrió la ducha y reguló la temperatura. «Fijate si te gusta así.» Para controlar el agua. «Está justo.»  Y nos metimos. Paulina tomó el jabón. Fue directo a la pija. «¡Súper limpita! Así cuando te la chupan las nenas encuentran gusto a nada… ¡Jajaja!» «¡Trampita, hermosa! Voy a tener que traer seguido a las chicas…» «¡Claro, así me inspiran!» Mientras reíamos y hablábamos, nos enjabonamos mutuamente. Las ...