Eyacule dentro de la recepcionista sensual - Relatos Eróticos

Eyacule dentro de la recepcionista sensual

Empecé mi bachillerato a los 15 años, me llamo daniel, debido a que mi escuela  está bastante cerca del trabajo de mi mamá, mi rutina diaria consistía en que después de las 3 de la tarde  saliendo de clases me dirigía caminando al trabajo de mi mamá llegaba como en 15, y después ella salía a las 5 de la tarde y nos íbamos a la casa en el auto, esto con el fin de ahorrar en transporte a mi casa, y siendo honesto detestaba todo el lugar de su trabajo, las oficinas eran incómodas, estaban mal diseñadas, con color blanco que hacía que fueran dificiles de mantener limpias y con una altura incómoda, todo el interior de ahí mismo se acaloraba y más que muchas de las compañeras de mamá no me agradaban para nada.
Habia algo por lo que valía la pena y era la recepcionista del trabajo, jamás he visto a nadie tan sensual, atractiva, toda ella era un cuerpo que viendo te hace sentir la muerte de tu moralidad sexual, mide aproximadamente 1,70 metros, su piel no tan blanca, era entre blanco y medio doradita, su cabello como más me gusta, un cabello lacio y largo de color entre café oscuro y guinda, usualmente lo traía suelto con un fleco, de vez en cuando usaba una diadema o se recogía el pelo, su cara era bella, sus facciones bien esculpidas y unos labios codiciables para besarlos, unos senos y tan bien formados, no eran los más grandes del mundo pero si de un tamaño considerable que como me encantaba verlos de perfil de manera disimulada cada que pasaba a lado de ella, un vientre no ...

... tan delgado más bien estaba un poco llenita, y de los que es la cintura para abajo una delicia, está mujer parece que es atleta cuando no es recepcionista, sus nalgas me sorprendieron lo grandes que son,al momento que las vi por primera vez me parecieron dos sandías hechas para aplastarte los testículos al momento de cabalgarte en el acto sexual, así también tenía unas piernas bien torneadas, usualmente usaba jeans y que increíble se le marcaban esas ricas piernas y ese culo con todo y su calzón, en otras ocasiones llevaba vestido corto con la falda ajustada y por encima de la rodilla y que sensual se le veía esa deliciosa piel. La llamaré Mariana (por respeto a esta mujer). En la casa por las noches me masturbaba seguido con las imágenes grabadas en mi cabeza de ella. 
Soy demasiado tímido cuando paso a lado de mujeres de buen parecido, eso y toda la pornografía que he visto en mi adolescencia me ha dificultado el contacto con la mujer en si, pero llegó el día en que me decido dejar a un lado mis valores y me atrevo a hacerle algo imperdonable a Mariana, está vez no pase a lado de ella (porque o si o si tenía que ser así ya que ella era la que habría la puerta eléctrica para pasar al interior de las oficinas) y le vi el escote disimuladamente y diciendo "gracias" como siempre lo hacía. Vi que ella tenía que llevar a la bodega unas cajas colocadas en un diablo, llenas de paquetes de hojas blancas, nadie parecía que le ayudaría, sin pensarlo llegué y como si fuera su amigo de ...