LA PATRONA EXIGENTE 3
Fecha: 01/08/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... ¡Besame!» ¡Cuando nuestros labios y lenguas se encontraron saboreamos juntos el placer del sexo! Serían las 5 de la madrugada, más o menos. Todavía teníamos un par de horas para seguir jugando, aunque luego me muriera de sueño. ¡Y no puedo venir a dormir la siesta! Si se entera la patrona que vine y no fui con ella… ¡me mata! Luego de que me despertara besándome la pija, hasta este momento yo no había eyaculado. Paulina lo tendría muy en cuenta. No iba dejar que me fuera o durmiera sin haberle llenado alguno de sus agujeros. Su experiencia y lujuriosa imaginación no tiene límites. Luego de algunos minutos de “recuperación”, “mamita” me pidió que me sentara en el borde de la cama, frente al espejo del ropero. Me chupó zalameramente para que se pusiera bien dura y, reculando de espaldas hacia mí, se la clavó en la concha. Levantó las piernas, tomándose de las pantorrillas, y comenzó a subir y bajar las caderas. «¡Mi bebé! ¡Mirá, mirá qué lindo! ¡Cómo entrás y salís de mi conchita! ¡Qué lindo que se ve! ¿Ves?» Yo la tenía de las tetas, la manera de sostenerla que más me gusta. Me incliné sobre un hombro. Efectivamente, vi, al compás de sus caderas, como la pija entraba y salía de su concha maravillosa. Había bastante humedad, “abrillantando” mi pelvis, escurriendo desde ella. Paulina gemía con la boca entreabierta y los ojos brillando de lujuria. «¿Me llenás la conchita?» «Todavía no mi amor, pero va a llegar en cualquier momento.» «¡Estoy llegando! Al verte que lindo me ...
... cogés me da tremenda calentura… ¡prontito VAAA!» Paulina se sacudió, bajó las piernas y me apretó con los muslos. El derrame fue inmediato. «¡Oh, tesoro! ¡Qué lindo es!» Recuperaba rápidamente la respiración. «¡Tesoro, qué lindo es todo con vos!» Paulina se levantó lentamente. Por mis muslos chorreaban los fluidos de “mamita”. «Un momentito, mamita. Quiero chuparte.» «Si, Claro. ¡Dejámela limpita!» La hice sentar en el lugar que yo estaba, y me agaché entre sus piernas. Varios minutos me llevaron dejarla “inmaculada”. «Así está bien, tesoro. Acostate boca arriba. Yo… quiero montarte… ¡Tenés que llenarme! Ahora mirá vos.» Paulina se montó, de espalda, con la pija en el culo. «¡Mirá como entra y sale!» Se inclinó sobre mis piernas, subiendo y bajando. No solamente admiraba su soberbio culo. El vaivén que realizaba con mi pija me excitó al máximo. ¡Paulina es un genio! ¡Sabe todas las reacciones que genera el sexo! ¡Tuvo razón! ¡No aguanté más de tres minutos! «¡TE LLENOOOO!» «¡SÍÍÍ! ¡Yo también…! ¡ACABOOOOO!» «¡Tenés razón, mamita! -me encanta llamarla “mamita”-, me calentó una barbaridad ver como entraba y salía de tu culito. ¡Una maravilla!» «¡Todo es lindo! ¡Me hacés acabar una detrás de otra! ¡Nunca, jamás, me pasó eso!» «¡A mí tampoco! ¡Te juro! Nunca estuve con nadie con tu vitalidad y energía para el amor. ¡Sos única!» Nos acostamos abrazados, besándonos, chupándonos y acariciándonos por todo el cuerpo. Luego de algunos minutos nos sosegamos, tratando de recuperar la ...