(9) Cristales helados al amanecer
Fecha: 17/08/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
... no, y lo interpreté como buena señal, apreté un poquito más, muy poco, la respuesta fue gemido+cierto temblor en su cuerpo.
Mantuve la presión segundos y después solté la presa, lo que hice fue abrir más boca y coger más bocado. Su respuesta un grito ahogado y retorcer su cuerpo pero sin intentar escapar de mi boca, eso demostró que de forma urgente debía de explorar su cuerpo despacio, muy despacio.
¿Qué tiempo tardamos?, dos horas y algo, no lo sabemos, nunca miramos el reloj, y el premio no fue en forma de placer, no, fue cuando despertó cerca del mediodía. Yo estaba un poco preocupado, aunque respiraba como es debido, su sueño estaba dentro de lo normal y cuando los abrió vio al centinela, y mi frente arrugada por la preocupación, sonrió estirándose como una gata satisfecha, y sus buenos días fueron más o menos estas palabras.
“Me encuentro flotando, y aun me dura, tengo esa sensación de cierto gustillo en algunas partes y solo de pensarlo me llega la sombra del orgasmo, y ahora mismo me estoy mojando por recordarlo” y era cierto, anduvo ese sábado muy despistada, pero le dedicamos a un pequeño viaje a la sierra y a tomar el fresco a la sombra de los pinos Albar…
Como dije, ese dinero pagado por su pareja tenía como resultado recuperar sus bragas, y es cuando se dieron cuenta de mi intención. Cuando vieron el agujero que había en ese lugar de las bragas, me miraron enfurecidas. Ese lugar roza la vulva, y los dardos muchas veces terminan en el suelo.
Cuando ...
... la mujer que pone las copas recuperó las suyas, de nuevo se acercó a mi hombro y me habló, esta vez su tono era cortante, me dijo siseando cada palabra, parecía que me hablaba una serpiente, me dijo.
- Has rizado el rizo, no te has contentado con quitarnos las bragas de forma voluntaria, sino que además te has preocupado que volvamos a casa sin ellas, ¿alguna sorpresa más?, cretino.
Y todas fueron metiendo las bragas en una bolsa de plástico que el silencioso cachas puso a su alcance, no perdía esa sonrisa irónica, al ver el alcance del fin de fiesta. Pero la bolsa se la quedó la mujer que pone las copas, ella se encargaría de hacerlas desaparecer.
Blanca me miró tan solo unos instantes, tuve que esforzarme para no desviar la mirada, me di cuenta que no me había percatado de su presencia y debí hacerlo debido a su sensibilidad herida, aunque he repasado su rostro y mirada muchas veces y no vi rechazo o recriminación, no, nada, impasibilidad fue lo que vi. Tengo que hablar con ella cuanto antes, solo me tiene a mí.
Supo ver mis dudas, ya que se levantó el borde la falda de un costado, pude ver parte de sus bragas azul oscuro, esbozo una pobre sonrisa y movió la cabeza, ya no eran 21, el total son 20…
Fui el segundo en marcharme, la mujer que pone las copas me dijo que buena fechoría había preparado, que se tardaría mucho tiempo en olvidarla. Respondí que mi tesis de la mujer y las bragas no había terminado, no ocurre lo mismo con el sujetador, bueno, algunas, CB ...