1. Los cinco albañiles de la construccion y...el jefe de obras


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Esto ocurrió durante unas vacaciones de invierno en Viña del mar. Las pasamos juntos mama y yo ya que ella se había separado hacía poco y juraba que eso me había entristecido y por tanto creía que debía pasar mas tiempo conmigo. Ya les he contado acerca de como yo tenía para culear casi a diario varios profesores del colegio donde estudiaba, algunos alumnos de cursos superiores y la totalidad de los empleados de una estación de servicio contigua al depa. donde vivíamos en Santiago de Chile. Eso fuera de los machos que lograba levantarme cada vez que podía salir a "hacerle empeño" por las calles de mi barrio. Esta vez estábamos en Viña del Mar pasando una aburridísimas vacaciones de invierno en las cuales fuera de salir a caminar por las calles casi vacías y fantasear con que conocía a un par de tipos que me reventaban el culito a cachas o bien, matarme a pajas en el baño de mi casa; no había nada mas entretenido que hacer. Una de esas tardes en que salí a caminar por el borde costero y no obstante haberme avisado mi madre que al parecer llovería copiosamente, me sorprendió una fuerte tormenta de viento y agua la que me dejó en cosa de minutos empapado hasta los huesos. En un principio lo encontré hasta entretenido chapotear en las pozas o sentir que el agua corría por mi espaldita sacándome algunos tiritones pero, el asunto paso de castaño a oscuro y la tempestad no amainaba por lo que en una de las calles cerca de mi departamento debí ponerme al reparo bajo una media agua ...
    ... situada en las afueras de una construcción de un nuevo edificio de departamentos. Estaba en esas pateando el suelo para mantenerme en calor cuando atinó a salir al patio uno de los obreros, un tipo bastante guapo de unos 25 años, quien me quedó mirando extrañado supongo de ver a un chico mojado hasta los huesos y quien con suplicante voz le pedía que lo dejara pasar a un baño para hacer pis. La típica acción refleja cuando nos entumimos. Lanzó una carcajada y me llevó tras uno de los pilares en obra gruesa y permaneció discretamente a mi lado mientras yo vaciaba mi vejiguita. Cuando me hube desocupado ya con una sensación de calorcito y bienestar, le agradecí con la mejor de mis sonrisas, a la vez que le decía que si no hubiese sido por el, habría mojado mis pantalones. Ya no me aguantaba las ganas. El obrero ( de casco y mono de trabajo ) lanzó una nueva carcajada al mismo tiempo que me invitaba a pasar al pañol donde mantenían una estufa encendida y podría, si quería poner a secar algo mis ropas. Está demás decir que acepte de inmediato al imaginar la posibilidad de desnudarme frente a machote recio que me proponía algo diferente para entrar en calor y acortar la tarde. Una vez dentro de la caseta, constaté que en su interior habían otros 4 obreros mas y que el calor de una enorme estufa a gas les permitía no obstante el frio reinante, estar solo en monos de trabajo o en mangas de camisa. Los saludé tímidamente a todos y el mayor de ellos me ofreció una humeante taza de te ...
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