1. Segundo puesto


    Fecha: 28/07/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... momento, ella pagaba la cena. Dejé de pelear con la aceituna diciéndola que no era necesario, siempre pagábamos una vez cada uno, dije que lo haría sin apuesta, pero se negó, yo, un pobre tonto con las mujeres, no lo entendía, pero antes aclararé que ella es de la sierra y yo no.
    
    Y tapándome la cabeza con el mantel, ataqué su clítoris de una forma tranquila, me importaba poco lo que pensaran los camareros, y cuando ya no pudo más apartó mi cabeza tirándome del pelo, y salí a la superficie, sorpresa, dos camareros y una camarera nos miraban, era una apuesta de ella con los tres, no quise preguntar que había ganado.
    
    Volvimos a su pueblo en silencio, y poco después de abandonar el bar, me dijo que la noche solo había comenzado, no terminado, que tenía que terminar mi trabajito, echarla un polvo como es debido y además como ella le gustaba, entre los pinos.
    
    Me guío hasta una especie de camino de tierra, el merendero quedó atrás y el coche quedó casi oculto entre las retamas que crecían de forma abundante, y echando su asiento hacia atrás se desnudó completamente, separó las rodillas y ordenó ¡Ven!
    
    Ella tiene un don sexual, tanto en la mirada, como en su boca, su piel, tenía los poros erizados, y su voz era suave, me dijo que necesitaba tenerme dentro, y que ese roce del clítoris le había producido una especie de alineación con un orgasmo, esa especie de gustillo lejano que anuncia lenta carga de placer.
    
    Pero no fue como pensaba, no, ella lo tenía todo planeado, y ...
    ... una vez entre sus piernas, ella puso su mano derecha con los dedos extendidos en mi vientre, sus uñas decidían y la mano izquierda comprobó la erección, y le situó en la entrada de la vagina, su respiración empezaba a acelerarse, me dijo que le ponía mucho controlar ella la penetración, ya que llevaba mucho tiempo sin comerse una rosca, y a sus 21 años no le gustaba pasar hambre.
    
    He de reconocer, que es una tía que no se engaña, y yo soy un tipo nada exigente, si digo que la primera vez que tuve sus pechos en mis manos fue jugando una partida de pinball, y que la partida tenía sanciones y premios, pero no en partidas, y muchas veces la dejaba sin sujetador o bragas, y si perdía yo, no quería prenda alguna, la tenía que llevar a las cinco de la mañana a mercamadrid, tiene un negocio familiar, un restaurante, y aunque perdiera, ella me dejaba bien satisfecho.
    
    El tema de no comerse una rosca, se refería una buena felación, sabía hacerlo muy bien, incluso a través de su mano, ella sabía si lo estaba haciendo bien, regular o mal. Al principio, como no me conocía, yo la retiraba, nunca consentí correrme en su boca.
    
    Esta chica se corría varias veces, no una sola, pero debías hacer las pausas correspondientes y otra noche, en casa de su hermana ya que era invierno, mientras me comía su vulva, ella tuvo dos seguidos y con el cuerpo envarado, parecía apoyarse con la nuca y los talones, el resto en el aire, gritó que se moría, y se desmayó levemente, su vientre se movía debido a ...