el intruso 6 - Relatos Eróticos

el intruso 6

Capítulo 6 Carmen me miraba en silencio, sus lágrimas resbalaban a través de sus mejillas, la culpa la había callado, no tenía salida, la había sorprendido nuevamente engañándome y ahora ya no era tan placentero para mí. ‐ ¿Entonces? ¿Qué vas a decir ahora? ¿Simplemente pasó como la primera vez? ¿O ahora cambio algo? Mis preguntas retóricas hacía eco en la habitación, la mirada de ella seguía fija en mí, su nariz roja se movía con su respiración, veía la agonía en sus ojos, creo que en ese momento hubiera querido desaparecer o salir corriendo, pero sabía que no podía ‐ ¿Vas a decir algo? ¿O lo tengo qué adivinar?— hubo silencio-- ¡Contesta con un demonio! ‐ Yo… es que… era para ti ‐ Ya no salgas con esas excusas tontas de que era para mí, era para tu maldita satisfacción, no me mientas; te di todas las facilidades de disfrutar, pero no, tenías que engañarme, tenías que mentirme, eso es lo que te da placer, no el que te cojan, sino el engañarme ‐ No mi amor, no es así ‐ Si lo es y lo sabes, me mentiste, ¿estás oyendo? Me mentiste de nuevo, tenías que hacer cosas a mis espaldas ‐ No, de verdad no, era para ti entiende, la preparábamos para ti ‐ No salgas con eso, ¿Cómo la iban a preparar? ¿Cogiéndosela? ‐ Algo así, era más cuestión psicológica ‐ ¿Psicológica? ¿Te estas oyendo? Ahora resulta que tú y Ramón son expertos en psicología infantil ‐ No, entiende, era para ti, queríamos que tú la disfrutaras a plenitud, era un regalo, si la penetró, pero solo por el culo, su himen ...

... era para ti, entiende Mi mente estaba nublada de ira, no pensaba con claridad, la veía y más coraje sentía, ¿Cómo demonios me decía que la preparaban para que yo me la cogiera penetrándole el culo? Eso no tenía sentido, mis manos de cerraron, ya no pensaba con claridad, sin saber cómo ni que me impulso, levante mi mano derecha y esta cayó sobre el rostro de Carmen. La cara de Carmen se volteó hacía la derecha, su mejilla se puso roja casi al instante y un hilo de sangre salió de su comisura, ver eso sólo me enfureció más, creo que estuve a nada de entrar en “moción violenta”, para aquellos que no conocen el término, es una situación en la que los hombres pierden conciencia y control de sí mismos y pueden matar a golpes a alguien más. Volví a levantar mi mano y vi su cara de miedo, ella también levantó sus manos y con ellas cubrió su rostro ‐ ¡No mi amor, no por favor! Su llanto se mezcló con su grito de súplica desesperada, yo creo que ella nunca imaginó que sería capaz de reclamarle de esa forma, la violencia familiar nunca había sido participe en este matrimonio, pero ahora las cosas había dado un giro total. Mi mano se quedó en el aire, de repente me di cuenta lo que iba a hacer y me detuve, la vi cómo había caído al suelo, llorando, sus cabellos aún mojados goteaban agua, estaba desnuda, una mano cubría el rostro y la otra estaba apoyada en su muslo, agachada lloraba de forma intensa, la gotas del cabello se mezclaban con las lágrimas de sus ojos que juntas mojaban la ...