La mujer de mi primo Andrés
Fecha: 28/07/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... te dije, cochino?
-Es que está tan rica...
-Tienes suerte de que no te quiero hacer daño.
-Déjame comértela.
-Levántate y vete de mi casa.
Le metí la punta de la lengua dentro de la vagina. Abrió un poquitín las piernas.
-Pesado... -moví la lengua alrededor- Ooooh -gimió- Vas a hacer que me corra, cabrón.
Sus manos acariciaron mi cabello. Lamí su clítoris de abajo arriba.
-Joooder, que gusto.
Quise lamer su culo, pero no le llegaba. Úrsula, se dio la vuelta y me dijo:
-Nos corremos y te vas, ¿vale?
-Vale, si después de corrernos quieres que me vaya, me voy.
-De esto no se puede enterar nadie.
-Será nuestro secreto.
-Júralo.
-Yo no juro. Te lo prometo.
Úrsula, abrió las más piernas. Al lamerle y follarle el ojo del culo comenzó a gemir... Al rato le volví a comer el coño... Cuando sintió que se iba a correr, me dijo:
-Métemela.
Me levanté. La cogí en alto en peso, y la arrimé a la pared. Úrsula rodeó mi cuello con sus brazos y mi cuerpo con sus piernas. Se la clavé en el coño. Le entró muy apretada a pesar de estar chorreando... No tardé en oír el: ¡"Clash clash clash...!"
Sentí sus gemidos al lado de mi oreja, su cuerpo temblar pegado al mío, y el torrente de flujo bajar por mi polla, mojar mis huevos y caer al piso. Ahogué sus gemidos metiendo mi lengua e su boca y chupándole la suya.
Al acabar de gozar, se la quité, se puso en pie, me besó, y me dijo:
-¡Qué corrida, Quique, qué corrida!
-¿Quieres que me ...
... vaya?
-Aún no te corriste. Mereces una recompensa por matarme de gusto.
Me quitó la camisa. Yo a ella le quité la blusa. No llevaba sujetador. Vi sus tetas pequeñas y redondas, con grandes areolas y pezones diminutos como granos de arroz. Se las besé, se las acaricié, se las chupé y se las mamé. Le quité la falda, ella me quitó el pantalón y el calzoncillo. Mi verga quedó mirando hacia el techo.
-Ahora sé porque no me corro con Andrés.
También yo supe porque la pobre se tenía que dar placer a si misma.
-¿Tampoco te la come?
-Es muy tradicional.
-¿Ni te la mete por el culo?
-No.
-¿Entonces qué te hace?
-Se sube encima de mí, se corre y me deja con las ganas.
-Eso debe ser jodido.
-Lo es. A lo mejor por eso soy yo tan puta y tan fantasiosa.
-Tú no eres puta.
-Lo soy. Me acabo de correr por primera vez con un hombre y que yo sepa tú no eres mi marido.
-Por eso no eres una puta
-Sí que lo soy, y además tengo un lado oscuro.
-No me lo creo.
-Pues debías.
-En fin, si tú lo dices...
Me señaló una silla.
-Siéntate.
-Sí, cariño.
-Palabras dulces, no, no me digas palabras dulces que ya estoy media enamorada de ti y podría acabar coladita.
-¿Y qué tiene eso de malo?
-Que estoy casada y mi vida podría acabar siendo un infierno.
La besé y después, le dije:
-Vale, bonita, vale.
-¡Qué te acabo de decir!
-Pillado.
Me señaló otra vez la silla.
-Siéntate.
Me senté en una silla que había al lado de la ...