1. Un profesor, una alumna y un colegio católico – Parte 6


    Fecha: 22/08/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    ... dando un sombrío aspecto a la habitación. Respiré hondo frente al espejo sobre mi cómoda cuando reflejada en éste, vi una sombra totalmente negra que se abalanzaba sobre mí. No me dio tiempo a nada. Una mano me sujetó firmemente por mi cintura, mientras otra ponía un cuchillo contra mi garganta, obligándome a levantar mi mentón. Sentí el calor de aquel cuerpo contra mi espalda todavía húmeda. Una enronquecida voz me susurró muy cerca de mi oído… - ¡Quieto!… ni un solo movimiento… solo quiero tu dinero… No podía ver su rostro. Llevaba un pasamontañas negro, igual que todo el resto de su vestimenta. Incluso sus guantes. La mano sobre mi cintura me provocó con dos dedos que simulaban caminar sobre mi abdomen. - Aunque tal vez quiera tomar algo más… -me dijo, mientras deshacía el nudo de mi toalla y la dejaba caer al piso- Mi desnudez pareció distraer a aquella intrusa figura y con un rápido movimiento, le pegué en la mano que sostenía el cuchillo, alejándolo de mi cuello y lanzándolo lejos. Me volteé y tomando sus brazos, forcejeamos. Mis piernas eran más largas y logré aplicarle una zancadilla que dio por el suelo con mi atacante y yo me le fui encima para montarlo a horcajadas. La lucha se desató. Intenté contener sus muñecas, apretándolas fuerte contra el piso. Cuando lo logré, comenzó a embatir desde su vientre, tratando de desmontarme. Se apoyaba en sus talones y hombros, y arqueando su cuerpo casi logró quitarme de encima suyo, pero mis reflejos me permitieron prevalecer. ...
    ... Tenía fuerza… tuve que recurrir a toda mi energía, hasta que el agotamiento le ganó. Puse sus muñecas cruzadas una encima de otra para sujetarlas con una sola mano. Con mi mano libre, le arranqué de un tirón el pasamontañas para dejar su rostro al descubierto. Qué hermoso espectáculo fue ver la larga y brillante cabellera rubia de mi Cecilia desparramarse libremente mientras yo la sujetaba de sus manos. Su respiración agitada por el fragor de la lucha, me excitaba poderosamente. Mi erección ya decía presente. Lejos había quedado el cuchillo de plástico. Cuando jugábamos nunca usábamos objetos que pudieran resultar peligrosos para nuestra integridad. Comencé a hablarle como a ella le gustaba… - ¿Pero qué tenemos aquí?… Una putita ladrona inmiscuyéndose en mi casa, ¿eh?… ¿Tienes más armas?… Voy a tener que registrarte. Dejando sus muñecas y con un brusco movimiento, me llené mis manos con su remera negra y la desgarré violentamente, provocando que sus tentadores pechos saltaran libremente, para luego quedar temblando como deliciosas gelatinas que se bamboleaban sobre su cuerpo. Cada una coronada por una exquisita areola de frutilla y sus erectos pezones como cerezas prontas para ser degustadas. Al tener sus manos libres, la ladrona intentó sorprenderme interponiéndolas entre ella y yo, tratando de apartarme. Le encantaba el forcejeo. Le daba un plus de adrenalina que incrementaba la excitación de ambos. La volteé dejándola boca abajo y jalando sus brazos hacia atrás, interpuse ...
«1234...9»