1. UNA LINDA HISTORIA 5


    Fecha: 28/08/2018, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    Apenas son las nueve de la mañana cuando despierto. La verdad, nunca he dormido demasiado. Me visto para salir a correr, aunque, la verdad, sin ganas. Al bajar, me encuentro a madre en la cocina. Está vestida para salir. ― Tu padre y yo vamos a Urdales, al mercadillo medieval. Nos llevamos a Gaby. En el frigorífico hay de todo, pero si no queréis complicaros la vida, compráis unos pollos asados – me dice. La excelente noticia me acaba de espabilar. Padre está fuera con Gaby, cargando unos esquejes y unas macetas. Sin duda lo que piensan vender en el mercadillo. ― ¿Dispones de un puesto en el mercadillo? – le pregunto. ― Si, Pepe Camps me ha cedido el suyo. Está enfermo. A ver si podemos vender estos sobrantes y algunas de las plantas de tu madre. ― ¿Cuándo estaréis de vuelta? ― A media tarde, creo. ― Vale. Suerte – exclamo, alejándome. Me propongo ir a la cañada y volver. La vuelta la hago andando, pero estoy satisfecho. En unos pocos días más, notaré los resultados. Voy directamente a la ducha. Casi me dan ganas de cantar bajo el agua caliente. ¡Estamos solos en casa! ¡Un regalo! Me calzo unas viejas pantuflas de paño, un pantalón de pijama que apenas uso, amplio y cómodo, y una camiseta cualquiera. Bajo a la cocina y enciendo la vieja estufa de leña, que acaba ardiendo con fuerza. Pongo la cafetera en el fuego y voy a la habitación de Pam. Las dos están desnudas, tal y como las dejé anoche. Pam abraza a Maby por la espalda, pegando su pubis a las redonditas nalgas de ...
    ... su amiga. ― ¡Arriba, dormilonas! – grito, apartando las cortinas de la ventana. Se quejan y rebullan en la cama, pero no abren los ojos. -- ¡Vamos! Necesitáis despejar esa reseca. Tengo buenas noticias. ― ¿Qué pasa? – pregunta Pam, alzando la cabeza y abriendo un solo ojo. ― Estoy preparando el desayuno. ¡A la cocina, las dos! ― ¡Yo no quiero una mierda! ¡Quiero dormir! – gruñe Maby, sin ni siquiera abrir los ojos. ― Vale. Entonces, me iré a ver una película o algo así. Me aburriré, solo en casa – y salgo de la habitación. Ya en el pasillo, las oigo saltar de la cama. Pongo pan a tostar y preparo la mesa. Ellas aparecen. Pam se ha puesto una de las batas de madre y Maby se ha enfundado un pijama que le queda algo corto, o puede que sea así. No lo sé. ― ¿Qué es eso de que estamos solos? – pregunta Pam, intentando acomodar los rebeldes rizos de su cabeza. ― Padre y madre han marchado al mercadillo mensual de Urdales. Se han llevado a Gaby. Saúl no aparecerá hasta la noche, como siempre. Solos. La casa para nosotros. ¡Y tú pretendías dormir! – cosquilleo el costado de Maby. ― ¡Aayy! ¡No, eso no! Piedad… me dueleee la cabeza – se queja, retorciéndose. Sube el café y Pam coloca la cafetera sobre el viejo protector de cáñamo que madre siempre utiliza. El aroma a café y pan tostado despierta el apetito de las chicas, a pesar de sus embotadas mentes. ― Ah, eso es vida – suspira Maby. – Un desayuno que nos espera, alguien que nos mima. Se me despejan las telarañas del cerebro. A ...
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