1. Jaque mate (Parte 1 de 8)


    Fecha: 29/08/2018, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... conocidos, luego de algunas entrevistas y esperas, tuve la oportunidad de ingresar al estudio de Lozano-Gorostiaga.
    
    La remuneración no era mucha, no se paga mucho por una simple secretaria, pero no estaba ahí por la paga, al menos no en ese momento, me convenía ingresar a las ocho de la mañana y salir a las doce del mediodía, el horario del colegio de Romina, sabiendo que ante cualquier imprevisto podría contar con la ayuda de mi madre, o de mis suegros.
    
    El estudio jurídico contable no era muy grande, tampoco era chico para tres personas, ellos tenían la mayor porción del lugar y a un lateral estaba mi oficina, separadas por vidrios con cortinados que ellos abrían o cerraban cuando creían conveniente.
    
    Llevaban el asesoramiento de algunas empresas de la zona que por razones confidenciales no nombraré, solo entre las más importantes una autopartista automotriz, una radiodifusora y un complejo hotelero.
    
    Tenían buenos contactos, banqueros, judiciales, hasta políticos, sabían lo que hacían.
    
    Y ellos poco a poco me fueron soltando la correa y dando más responsabilidades, de simple telefonista y recepcionista pasé a manejar balances, a hacer recorridas bancarias, a mover dinero, deambular por tribunales, pasaba mucho dinero delante de mis ojos, más de lo que a mí me sonaba lógico.
    
    Gustavo Lozano es contado público, llegando a los cincuenta años, gusta de la buena vida, ostenta su coche importado, imponente, lustroso, ese, el de los cuatro círculos, un tipo de ...
    ... poco más un metro ochenta, bien mantenido a base de practicar deportes y gimnasio, de cabello corto, llamativamente canoso por su edad, de sugerente ojos verdes, perfectamente afeitado.
    
    Usa finas ropas, invariablemente traje y pantalón de vestir, costosos perfumes importados, inteligente, rápido, vivo para los negocios, siempre un paso adelante, un ganador por naturaleza, siempre por sobre la media, no era de conformarse, llevaba el liderato en las venas.
    
    María José Gorostiaga, su esposa, es abogada, delgada, alta, tan alta como el, cuando usa tacos hasta lo pasa en altura, hago memoria y creo que jamás la he visto en pantalones, generalmente viste una incontable cantidad de trajes Chanel, exóticos y exclusivos.
    
    De mirada penetrante, ojos negros y cabellos a los hombros, teñidos perfectamente a un negro azabache, envidiablemente brillantes, muy fina y delicada para hablar, aunque lo negara era evidente un lifting en su rostro y sus pechos artificiales, siempre maquillada a la perfección, con las uñas esculpidas pintadas en rojo sangre. Ella tiene un coche japonés de dimensiones modestas, pero no por ello privado de lujos.
    
    El matrimonio forma un dúo impecable, socios, en un mundo de abogados y contadores, sé que tienen un hijo que podría ser mi hermano menor, un mocoso malcriado que tiene todo al alcance de la mano, fanfarrón en su moto de alta cilindrada que conduce de tal forma que el ruido de su escape hace temblar los vidrio del lugar.
    
    Pero bien, vamos a ...