1. Casada, pero necesitada de macho


    Fecha: 30/08/2018, Categorías: Voyerismo Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... plataforma. Éstos las esperaban con ansias y, por ello, el propio Otumbo se había lanzado así al ver la belleza de la hembra.
    
    ¿Y quién podría decir que no haría lo mismo ante tal belleza de mujer, y más creyendo que ofrecía tal servicio?
    
    Tras el escándalo de su llegada, la Licenciada Renata se estableció en el cubículo correspondiente y se avocó a su tarea.
    
    Por supuesto que su primera crítica se enfocó en aquel tipo de servicio que las mujeres, con quienes había llegado, ofrecían a los hombres (muchos de ellos casados).
    
    Solidarizándose con las esposas de los trabajadores, sin siquiera conocerlas, se propuso frenar aquello pero...
    
    —Buenas tardes Señorita, ¿puedo pasar? —le dijo Otumbo, con un aire un tanto cohibido, pese a su enorme tamaño.
    
    —Buenas tardes, sí claro —le respondió Renata, desde su escritorio con condescendencia.
    
    El hombretón apenas si cabía en el pequeño espacio y, aún sentado, hacía ver el lugar como casa de juguete.
    
    —Bien, ¿en qué puedo ayudarle? —dijo ella, aunque notaba la razón de su visita.
    
    —Mire... pues, la mera “verda´” es que vengo yo a disculparme, ¿sabe? Estoy rete apenado por lo que hice y...
    
    —No se preocupe —le interrumpió ella, mostrando cordialidad—. Ahora que entiendo lo sucedido lo olvidaré, si usted promete ayudarme a que el resto de sus compañeros también haga lo mismo. No estoy interesada en crear controversia. Nada me interesa más que hacer mi trabajo y comenzaré con esto. Estoy preparando un reporte y espero ...
    ... que las visitas de aquellas muchachas queden prohibidas para que no provoquen más problemas y...
    
    —Pero Señorita, “usté” no puede hacer eso —ahora correspondió a Otumbo interrumpir.
    
    —¿Cómo? Claro que puedo. He sido enviada para identificar problemas laborales y esto es sin duda...
    
    —No, mire. Escúcheme. Lamento en “verda´” lo del incidente pero lo que hacen las chicas es muy necesario. Es indispensable. Sin ellas...
    
    —No cambiaré mi decisión sólo por las calenturas de...
    
    —No es eso. Mire, aquí uno se siente bien solo. Es cierto que no es bien visto la clase de trabajo que las señoritas realizan, pero de “verda´” que aquí es muy necesario. Mire, le juro... uno aquí, sólo, aislado de su familia pues... La mera “verda´” le vienen a uno ideas malas. Créame, hasta llegan a dar ideas de quitarse la vida. La vida aquí en plataforma, por durante tanto tiempo, es dura.
    
    Fue así que Renata empezó a darse cuenta que la situación era más compleja de lo que pensaba. Aquel hombretón, al sincerarse así con ella, llegando incluso hasta las lágrimas, le narró su propia experiencia lo que despertó compasión en ella.
    
    —Bien, pues evaluaré la situación —le dijo la Licenciada minutos más tarde.
    
    —Gracias Señorita y le ruego me disculpe por...
    
    —No, no se preocupe. Ya todo olvidado —le dijo, pese a que aún tenía bien presentes aquellas manazas que se habían adueñado de sus asentaderas.
    
    —Pues de nuevo, gracias Señorita.
    
    Renata no podría responder de otra forma después de ...
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