1. Big guante


    Fecha: 30/08/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Maria4manos, Fuente: CuentoRelatos

    ... con una mano, mientras la otra continuaba su tarea imparable. De nuevo un gemido, y un mmmmmm de satisfacción. Presioné los bordes de los omóplatos, girando el pulgar en la punta de la escápula. Un destello mental me recordó que esa zona era un reflejo de la parte delantera, con lo que esa presión equivaldría a un aumento de la sensibilidad en los pezones. Con los cantos de mis manos, ahora ya trabajando a la par, presioné desde el centro de la columna hacia los costados. La escuché resoplar y ceder a mi peso. Dejé que se hundiera levemente y repetí. Le pedí que se girara boca arriba.
    
    Se giró y me miró a los ojos directamente. Detecté sorpresa y lujuria. Impasible y fingidamente absorto en mi tarea, la tapé adecuadamente con la toalla y procedí a continuar. Yo debía mantenerme concentrado y descubrir lo que estaba sucediendo sin alterarme. Sólo entonces, caí en la cuenta. Lo que mi mano enguantada estaba haciendo era estimulación erógena refleja. Yo sabía que manipulando diversos puntos se podían esperar determinadas manifestaciones de energía, como calor, estimulación e incluso dolor. Y en este caso, el guante que me había masturbado la noche anterior, estaba haciendo lo propio con mi paciente. No quería creerlo. Era de locos. Mi mano ya no era mía. Era Big Guante en acción, y su acción estaba muy clara. Había sido diseñado para otorgar placer y era lo que hacía. A juzgar por las reacciones de quien yacía en la camilla no se le daba nada mal. Traté de retomar las riendas ...
    ... de mi trabajo sin éxito. Una y otra vez, Big Guante se adueñaba de las manipulaciones que yo conocía, para recordarme otras que yo había ignorado tiempo atrás.
    
    Me coloqué a un lateral y movilicé un hombro. Cada vez que le elevaba el brazo, la toalla iba cediendo un poco más. Para cuando llegué al otro costado, los pezones asomaban casi por completo. Yo podía detectar que ya no estaban relajados, sino erectos y receptivos. La boca entreabierta sollozando suavemente con cada pasada que yo hacía con las manos. Cada tanto, tensaba y juntaba un poco los muslos. Me coloqué detrás de su cabeza y realicé un masaje craneosacral. Coloqué mis palmas bajo su cabeza, y luego trabajé con las yemas de los dedos en la base de la nuca. Muy sutilmente, luego sobre la frente… fui haciendo las técnicas mientras me dejaba guiar por Big Guante, que continuaba pulsando allí donde a mi paciente le excitaba y le relajaba… Cuando agarré los músculos de la base del cuello para tensarlos, directamente gemía. Sin azorarse ni reprimirse. Elevaba el mentón y se dejaba hacer mientras gozaba. Sus grandes senos estaban llenándose, arqueó un poco la espalda y llevó la mano al pubis para presionar. Al momento, un orgasmo sorpresivo la sacudió, haciendo vibrar su cuerpo sobre la camilla y dejándolo absolutamente relajado un segundo después.
    
    Me quedé inmóvil y expectante, fascinado con el orden de los sucesos. Ahora yo debía decir algo y salir. No quise romper ese momento de paz. Apagué la vela en señal de ...
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