1. El inquilino...


    Fecha: 02/09/2018, Categorías: Gays Masturbación Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    ... cercanía del inquilino y su masculinidad cálida despertaron en el mozalbete un deseo que desde que comenzase en la tienda se había escondido.-Me ha costado dar contigo. Pensaba que ya no querías verme.-Ya ve que no es que no quiera verle.-Me doy cuenta. Y me alegro –dijo revolviéndole los cabellos pajizos- ¿Trabajas esta tarde?-No. Como los ricos se van de veraneo, el dueño cierra los sábados por la tarde.-La señora Engracia se ha marchado a visitar a una hermana suya que está enferma y no volverá hasta mañana. ¿Quieres que pasemos un rato juntos?Toño tuvo una erección inmediata. Le hubiera gustado mandar a paseo la cesta con el mandado y seguirlo para pasar con él todo el día desde ese mismo instante.-Vale –contestó.-Sobre las siete, llamas a la puerta con los nudillos. Yo estaré atento.-Así lo haré.Comió con el buen apetito que le caracterizaba desde que empezó en su eventual oficio de chico de los recados. Estaba excitado con la cita de la tarde y no dijo nada durante la comida.-¿Te vienes esta tarde con papá y conmigo a casa de la tía Petra? –le preguntó su madre con cariño pues desde que trabajaba lo mimaba aún más para disgusto de sus hermanos.-Había pensado bajar a la plaza y estar un rato con mis amigos.-Bueno, vale –condescendió la madre antes de que el padre pusiera reparos.Durmió una buena siesta de la que despertó cuando su madre entró en la habitación para avisarle de que se marchaba con el padre de visita donde la tía Petra. A Toño le costó centrarse. Poco a ...
    ... poco tomó conciencia de dónde estaba, qué día era y, lo más importante, la cita que tenía en menos de una hora.Se encerró en el baño, se lavó a fondo y se miró en el espejo: tenía la nariz y las mejillas salpicadas de acné. Cogió la maquinilla de su padre y se repasó la pelusa que le cercaba los labios sonrosados y tiernos que en breves minutos serían pasto de la boca del inquilino.Se le puso tiesa.Tuvo la tentación de sacudirse una buena paja, pero los golpes en la puerta del baño de su hermana, la peluquera, urgiéndole a salir, le impidieron llevar a cabo su deseo.Y por fin dieron las siete.Toño lanzó un “me voy” que no respondió nadie de la casa. Cerró tras de sí la puerta y descendió con sigilo el tramo de escaleras que separaba la vivienda de su familia de la de doña Engracia.Cuando ya estaba en el rellano escuchó pasos que subían y voces: eran los vecinos del cuarto. Hizo como que se ataba un cordón de las zapatillas. Los vecinos le saludaron y él devolvió el saludo.-¡Coño,cómo estás creciendo! –le dijeron.Toño sonrió.Cuando los pasos se alejaron, golpeó con los nudillos en la puerta de la casa de doña Engracia. A los pocos segundos la puerta se abrió discretamente. El inquilino estaba en camiseta de tirantes.-Pasa –le dijo con voz queda. Y se aseguró antes de cerrar que nadie estaba fisgoneando.-Estás muy cambiao. En un mes has crecido, tienes más cuerpo…El hombre se pasaba una mano por la barba que a pesar de haberla afeitado esa mañana ya se veía oscurecida.-¿Ya no ...
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