El inquilino...
Fecha: 02/09/2018,
Categorías:
Gays
Masturbación
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... los mismísimos cojones provocando arcadas en el adolescente.-¿Qué, no puedes con toda? Pues te aguantas.El inquilino le clavaba la verga sin la menor compasión. De los ojos del chico manaban lágrimas de ahogo.-Cuando acabe con tu puta boca te la voy a llenar en el culo de verga hasta que me harte –le dijo separándole la cabeza tirándole del pelo.Y le volvió a meter su envidiable rabo en la boca hasta que le descargó toda la lefa.-No quiero ver que escupes ni una gota o te parto los morros.Toño obedeció y se tragó el esperma por completo. Incluso estuvo atento a que los restos que goteaban del glande una vez que la corrida se había consumado, no tuviesen otro destino que su boca.El inquilino se tumbó a su lado. Lo abrazó y le dio un fuerte beso.-No sé qué me das, cabrón, pero me tienes con el seso servido.-Tú también a mí.Se estuvieron acariciando con el calor de esa tarde de agosto empapando sus pieles.-Ni siquiera sé cómo te llamas –dijo Toño.-Carmelo –le contestó el inquilino - Como mi padre, y como mi abuelo, y como mi bisabuelo… y no sé si también como mi tatarabuelo. Pero nadie me llama por ese nombre.-¿Y cómo te llaman?-Chumbro.-¿Por qué?-Dicen que tengo su misma cara.-¿La misma cara que quién?-Que el chumbro. Es un diablo que está retratao en el pórtico de la ermita. Las madres asustan a sus hijos amenazándoles con que vendrá el chumbro y se los llevará si se portan mal.-Son idiotas por llamarte así.-Ya me he acostumbrao.-Para mí serás Carmelo. Cuéntame cosas de tu ...
... pueblo.El inquilino le describió cómo era su pueblo, cuántos habitantes tenía, de qué vivían…Mientras, Toño acariciaba el cuerpo del hombre. Rascaba una zona de piel manchada con cemento o liberaba de yeso la pilosidad que cubría su vientre. Sus caricias tuvieron la virtud de despertar de nuevo el deseo entre los dos.-¿Has traído la pomada que te das en el culo?Toño sacó el tubo de la bolsa de tela en la que transportaba la cerveza.El obrero tomó el tubo, lo desenroscó y tras apretarlo, depositó el contenido que se había escapado bajo la presión, de un color blanquecido, en el dedo índice de su mano derecha.El adolescente no perdía detalle de la maniobra. Su polla se había empalmado de nuevo.Carmelo le elevó las piernas hasta que las nalgas dejaron al descubierto el rugoso esfínter. Con el mencionado dedo jugueteó en él impregnándolo con la pomada. El muchacho se emocionó con el entrar y salir del dedo del hombre, que al poco fueron dos y, más tarde, tres.El obrero, con la verga gritando “quiero follar”, se tumbó al lado de Toño, lo situó de costado y le colocó la punta de su herramienta más preciada a las puertas del trasero.No hizo falta ejercer una fuerza especial: al chico le entró con suma facilidad. El inquilino lo atrajo por completo contra su pecho para que ni un solo centímetro de su polla quedara fuera del muchacho.-¿Te gusta?-Sabes que sí –respondió Toño con los ojos entornados.Carmelo le follaba sin prisas, sacándosela hasta que sólo la punta del glande le quedaba en ...