1. Navidad llena de semen


    Fecha: 02/09/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Slim Pantyhose, Fuente: CuentoRelatos

    ... estaban bien servidos.
    
    Cuando vi las condiciones en las que se encontraba Fer le dije a Samuel que me permitiera, que me iría a cambiar, que ya estaba cansada y que me quería ir a dormir; pero él de alguna forma tenía razón, me dijo que no lo dejara solo, que no tenía más que hacer, que me quedara a acompañarlo. Entonces nos destapamos una cerveza más y nos sentamos a platicar en el sofá.
    
    Le dije que no tomara a mal lo que iba a hacer, me quería quitar los tacones y quería subir mis pies en un banco, cuando él vio esa acción me dijo, si quieres yo te puedo hacer un masaje en los pies. Acepté su propuesta.
    
    Me recargué de un lado del sofá y subí mis pies hasta donde él se encontraba. Mientras tomábamos nuestra cerveza platicamos de muchas cosas, su familia, su padres, donde vive y como viven, yo estaba muy interesada en su plática, pero también en el masaje que él me estaba haciendo en los pies, porque paso de ser un masaje a ser caricias y por cierto, muy ricas. Tocaba mis pies muy diferente a como lo hace Fer y al parecer, creo que también le gustan las pantimedias, porque no dejaba de decirme que las luzco muy bien.
    
    Pasaba el tiempo, también las cervezas se iban terminando y ya un poco alegres, las manos de Samuel habían llegado hasta mis rodillas y cada vez intentaban subir mi vestido. Claro que al principio yo me oponía, pero entre risa y risa, mi vestido se movía y se subía. Las sedosidad de las pantimedias permitían que la licra del vestido se moviera con ...
    ... mucha más facilidad.
    
    Llegó el momento en que el tema sentimental y por supuesto, el sexual salieron a flote. Hablamos de sus parejas y amiguitas y fue ahí que me enteré de cuantas chavas se ha tirado, muchas de ellas que trabajan ahí en la misma plaza y por supuesto me platicaba de lo que sucedía con las edecanes que contrataban. La verdad es que bajo las condiciones en las que estábamos y las pláticas me comenzó a calentar.
    
    Cuando él se dio cuenta como me tenía, sus manos llegaron a rozar mi panocha y creo que ya estaba mojada. Me comenzó a acariciar de manera más evidente y sin dudarlo mis piernas cada vez se abrían más. Me dijo, me dejarías darte una mamada? Aunque sea por encima de las pantimedias y yo acepté. Estaba tan caliente que decidí apagar la luz y como a la altura de la ventana de la sala está una luminaria, todo se veía perfectamente. Me acomodé en el sillón, abrí las piernas y sin quitarme las pantimedias me lamió mi sexo. Después me hinqué, se sacó su verga u se la comencé a jugar, era un miembro hermoso, grueso y bien baboso. Me lo comencé a meter en la boca y me lo quería tragar todo.
    
    Después de unas buenas mamadas me pidió que me desvistiera, pero no quise. Me subí el vestido hasta la cintura, me baje las pantimedias a las rodillas y sin poner mucha atención a mi alrededor le pedí que se acostara en el sofá, yo me senté en su verga como si estuviera sentada de forma normal en el sillón. Hace me movía duro, sentía que me estaba dando unos sentones bien ...