Sexo en la Universidad
Fecha: 02/09/2018,
Categorías:
Anal
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Soy Rubén, de 41 años, un divorciado de hace varios años al que a pesar de todo le ha ido bastante bien en la vida, y finalmente me he permitido el pequeño capricho de cogerme unos años y volver a estudiar una carrera, concretamente Derecho en una universidad del norte de España. Como buen cuarentón, el relacionarme con gente jóven y sobre todo chavalitas de la facultad me resta años al cuerpo y me obliga también a cuidarme y mantenerme bastante presentable; la verdad es que no estoy nada mal, no estoy gordo y mido 1,80, conservo gracias a Dios todo mi pelo y no estoy machacado por la vida; además calzo una buena y gorda polla de 19 centímetros, siempre ansiosa de nuevas aventuras, ya os contaré otras aventuras, en la Universidad y fuera.
El caso es que esta semana, mes de Julio, mi facultad sigue abierta no sé muy bien para qué, supongo que, como yo, la gente sigue yendo a la biblioteca a estudiar para septiembre, pero la verdad es que está prácticamente desierta en estas fechas.
Entre rato y rato en la biblioteca, me gusta salirme a fumarme un cigarrito y tomarme un café (de máquina pero muy rico, por cierto) a una de las entradas de la uni, cuando estando allí tan tranquilo, veo que se acerca alguien a quien ya había visto merodear por las papeleras pero a la que no le dí mayor importancia hasta el momento que se acerca y me dice:
- Hola, me das un cigarro??
Yo claro, meto la mano en el bolso delantero del pantalón y saco la cajetilla y a la vez, sin darme ...
... cuenta la pequeña funda transparente de plástico en la que llevo los carnets y el dinero; concretamente ese día llevaba varios billetes de 50 €. y dos de 40 €., lo que hacía un montoncito bien visible.
Le doy un cigarrillo de la cajetilla y también le doy fuego.
- Gracias eh?
Me dice. Yo:
- Da Nada tía.
La chica, se queda a un par de metros de mí, y antes de seguir, os la describo un poco: Cuando la ví a lo lejos, ni siquiera sabía que era una mujer, delgada, pelo corto y rizado, casi sin tetas, un pantalón ancho y flofo y una especie de camisa de manga larga también muy floja. De cara os la describiría como una cara sin rasgos destacables, ojor negros, pelo oscuro, delgada de cara.. de lo más normal y vulgar, no destacaba en nada la chica. Lo que sí le ví es que no tenía mala dentadura, señal en principio de buena salud, cosa que más tarde me serviría para correr un riesgo..
Al minuto más o menos, se me acerca tan ancha y me dice:
- Si quieres, por 20 Euros te hago una mamada..
Yo, curado de espantos ya, reacciono mentalmente a la velocidad del rayo y me dio tiempo en los cuatro segundos siguentes a imaginarme a mí motándomelo con esta hippie o indigente o yonky o de lo que se tratase y, aunque no era la mejor de las elecciones ni lo mejor que se ha comido mi rabo, recapacité mentalmente antes de decirle que se perdiese por ahí:
- La verdad es que no me apetece mucho..
La tía se me queda mirando.. Y sigo por lo bajito:
-Pero por 20 Euros, si ...