1. Alicia 06/25


    Fecha: 03/09/2018, Categorías: Hetero Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues

    ... con desesperación a tomar aquel alimento, alimento bendecido al estar previamente dentro de su boquita. Al final prevaleció la tiranía del reloj que indicaba ponerse su uniforme y salir al cole, fuimos de la mano a su cuarto y mientras la esperaba sentado en la cama me regaló el espectáculo de verla quitar lentamente ese camisón agachándose más de lo necesario para resaltar su colita, luego con movimientos sensuales colocarse aquella segunda piel llamada uniforme. Así de la mano nos dispusimos a consumir los metros que separaban destinos, era un caminar pausado, sincronizado, eso que sus pasitos eran bastante cortos comparados con las zancadas que caracterizaban mi desplazar cotidiano. Esa sincronía se manifestaba en todos los niveles, llegamos a tener una compenetración o forma de complementarnos que parecía fruto de ensayos, nuestras manos estaban más calmas ahora, los mensajes transmitidos eran de calidez y aceptación, nada de dudas o nervios. El beso de despedida debía ser el convencional, pero nuestros subconscientes nos traicionaron y casi fundimos nuestras bocas, apenas pudimos disimular y le dí palmaditas en la cabeza como indicando a una nena que se porte bien. El trayecto de retorno me encontró con los pasos acelerados, no es que tuviese prisa pero creía que en la oficina me sentiría mejor. Casi fue así, estaba sentado ante el tablero pero con mis pensamientos navegando lejos de allí, necesitaba sentir algo entre los dedos que no fuese precisamente aquellos ...
    ... instrumentos de dibujo, hasta que una luz me indicó que una prenda suya sería el fetiche perfecto. Mis pies llevaron solitos al resto del cuerpo que parecía ausente, ante la puerta de un cuarto ahora vacío tuve algunas dudas sobre profanar los aposentos de la reina sin su presencia, pero mis manos ya estaban abriendo la cajonera de su ropita antes de que tomase decisión alguna. Pasaba la palma sobre esas bombachitas dobladas prolijamente, realmente eran más de las que imaginaba, variados adornos y hasta colores que derrumbaban mi suposición de que eran todas blancas. Recreando la vista y tacto en aquellas prendas que tapaban los encantos de mi Alicia, me decidí por una que parecía antigua, tal vez desechada por tanto uso, pero con la seguridad de que era la tela que mayor tiempo estuvo acariciando su piel. Un impulso automático, desconocido hasta entonces ya que jamás había tenido inclinaciones fetichistas, llevaron la prenda cariñosamente estrujada hasta mis fosas nasales, moría por aspirar aquellos recuerdos de su anatomía, y aunque olía a suaves productos de limpieza me pareció embriagador. Era una fragancia que traía el recuerdo de tener a la personita rellenando aquel algodón, era un elemento que no podría permanecer en otro sitio que no fuese mi bolsillo. Creo que el bolsillo era un sitio lejano ya que la prenda fue a parar sobre el mismo tablero, fue una decoración que transformaba los fríos dibujos en algo apetecible, algo que facilitaba estar allí, algo que aceleraba las ...
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