1. MI TIA


    Fecha: 29/07/2017, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    MI TIA La historia comienza con lo que me cuentan mis padres, cuando era muy pequeño. Ellos vinieron a San Antonio con mis tres hermanos mayores a cuesta, yo fui el primero en nacer acá y el cuarto de cinco hermanos, el único varón. Mis remotos recuerdos me llevan a mi niñez, cuando teñía cuatro ó cinco años, nuestra casa era pequeña para tanta gente, era una casita interna, los tiempos eran difíciles y mis padres con mucho sacrificio fue lo único que habían podido conseguir, yo era chico para entender de esas cosas. Atrás de nuestra casa había una segunda casa y tengo el recuerdo de cuando nuestros nuevos vecinos llegaron, tenían un niño de mi edad, Ronald, con el cual rápidamente hicimos amistad, su llegada fue un alivio para mi puesto que convivir con cuatro hermanas mujeres no era tarea sencilla, así fue que nos pasábamos el día jugando y si yo no estaba en su casa el estaba en la mía. En esa época yo veía a los padres de mi amigo como gente mayor, recuerdo que su padre trabajaba mucho y a su madre como una mujer sonriente y alegre, siempre me llamaba la atención sus largos rulos pelirrojos que le llegaban a la cintura y me causaba gracia su forma de hablar porque arrastraba la s. Siempre tenía una sabrosa leche con chocolate con masitas de vainilla a mano. Cariñosamente yo los llamaba como ‘tía y tío’, aunque solo eran vecinos. Todo parecía perfecto, recuerdo tardes que mi madre hablaba con ella a través del tapial, se pasaban horas y horas con los chimentos de turno. A ...
    ... mis diez años, las cosas se pusieron mal, discutieron por una pavada, una cosa llevó a otra y todo llegó al extremo de no hablarse, al punto de no saludarse, esto evidentemente me distanció un tanto de Ronald aunque nada teníamos que ver en el entuerto. A mis quince años las cosas se suavizaron, mi padre estaba demasiado enfermo, tuvo un ataque cardíaco, y Ángela, mi tía de cariño, fue quien le salvó la vida, ella era enfermera e hizo los primeros auxilios hasta que llegó la ayuda médica. Este hecho hizo que todo volviera a la normalidad entre ambas familias y se olvidaran rencillas del pasado, Ronald y yo mantuvimos nuestra amistad en todo momento, a propósito mi amigo ya había comprado una motocicleta, siempre me decía que se la debía a su madre, que siempre intercedía ante su padre para darle todos sus caprichosos gustos Por otra parte recuerdo que me avergonzaba en silencio, es que ya veía a mi vecina, la madre de mi mejor amigo como una mujer y solía tener sueños eróticos con ella, solía masturbarme recordando su perfume, sus palabras, ó las diminutas prendas interiores que colgaba al sol después de lavarlas y que yo espiaba al otro lado del tapial. Algo sucedería a mis veinte años que cambiaría para siempre mi vida y de todos los que nos rodeaban, cuanta la historia que Ronald volvía de una reunión con amigos de un pueblo vecino, un tanto alcoholizado, de noche y con pocos reflejos, un gran camión lo pasó tan cerca que mordió la banquina perdiendo el control de la moto ...
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