1. MI TIA


    Fecha: 29/07/2017, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... tuvo un accidente, murió en el acto. Ángela comenzó a vivir un calvario, había perdido a su único hijo, ella nunca pudo perdonarse haber influido para que se comprara la moto, la responsabilidad le pesaba demasiado, y su esposo la hizo blanco de sus acusaciones, deprimiéndola mas y mas cada día. Las discusiones eran constantes, yo escuchaba en silencio al otro lado del tapial, incluso se comentaba que él había empezado a beber y hasta llegaba a pegarle. Recién había cumplido los veintidós y ella estaba cerca de los cincuenta, una tardecita llegaba a casa y ella estaba en la puerta de su domicilio, dándome la espalda, alta, delgada, con un vestido azulino que comenzaba en sus hombros y llegaba casi a sus pies, pegado a su fina silueta al punto de marcar los elásticos de su pequeña tanga, había dejado el pelirrojo de la juventud y ahora tenía un moreno corto a los hombros, más acorde a esta etapa de su vida. La sentí protestar porque no podía abrir la puerta, así que me ofrecí a ayudarle. Subsané el problema rápidamente, haciendo un poco más de fuerza de lo que sus manos femeninas podían hacer, entonces me tomó de la mano y me invitó a pasar, como en las viejas épocas, decidí acompañarla, su mirada era triste y su alma estaba herida. Nos sentamos frente a frente y comenzamos a recordar a Ronald, ella como madre, yo como amigo. Todo se daría naturalmente y esa tarde aprendería la diferencia entre chiquillas teniendo sexo y una mujer haciendo el amor. Los recuerdos ...
    ... hicieron que una lágrima rodara desde los ojos de esa mujer, a lo que traté de apartarla con mi dedo índice, ella respondería suspirando y posando su mejilla en la palma de mi mano, no sabía qué hacer, ni que decir, solo que mi corazón latía muy fuerte y sentía sudar mis manos. Ángela no dijo palabra, se incorporó y acarició mi cabello, como una madre a un hijo, para luego bajar y acurrucarse entre mis piernas, cerca de mi pija, como para incomodarme lo suficiente. Ella entonces acarició mis prendas, recorriendo mi sexo, llevó las manos a mi cintura y bajó mi pantalón y mi calzoncillo hasta las rodillas dejando al descubierto mi carne endurecida, se acercó lo suficiente para que sintiera su aliento en mi cabeza, y apoyando sus manos en mis muslos comenzó a besarla lentamente, empezando por la cabeza y bajando sutilmente hasta lamer mis testículos. Quería negarme, por todos los recuerdos, pero era imposible, sus delgados labios se apoyaron en la puntita de mi glande para luego ir empujando lentamente, me sentí morir en sus boca, su lengua jugando conmigo, la recorría en círculos, la lamía por abajo, con paciencia, jugando, divirtiéndose… La veía inspirar y como sus cachetes se pegaban haciendo vacío, volvía a meterla hasta la mitad y volvía a inspirar, me succionaba, sentía que me iba a matar de placer… Sus manos permanecían inmóviles en mis piernas y su boca era toda a fuente de placer, hacía maravillas en mi verga y la situación era incontrolable, otras chicas solo lo hacían ...