1. Acampada en la playa


    Fecha: 08/09/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... masturbarme al aire libre y si tenía gente cerca, aún más. Empezaba a estar como un volcán a punto de estallar, mi clítoris estaba muy sensible y no le daba tregua, tenía los pezones durísimos, y notaba que me quedaba muy poco para tener un orgasmo, en el último momento antes de llegar al orgasmo tuve que parar entre gemidos, ya que si hubiera llegado al orgasmo podría haber despertado alguna niña o a Oriol con mis chillidos. Toda yo estaba temblando y sudorosa. Me había quedado a medias pero estaba dispuesta a acabar lo que había empezado.
    
    Me levanté sin hacer ruido y me fui a buscar entre mis cosas una enorme polla negra de latex con base y dos bolas, que llevaba para estas ocasiones. Me recordaba a la polla del negrazo que sustituyó a Javi y que me hizo tener dos orgasmos sin sacarla, era el único buen recuerdo que tenía de aquel día. Con la polla en la mano me fui a la arena, al lado de donde rompían las olas, allí podría seguir sin problemas de despertar a nadie. Seguía mojada y por el camino no paraba de tocarme, al llegar al lado del agua, empecé a meterme el pollón en el coño, las bolas que lleva la polla de latex golpeaban sobre mi clítoris en cada embestida, en cada embestida conseguía subir un poco más mi excitación, a los pocos minutos conseguía un agradable orgasmo, las olas se ocuparon de apagar mis gemidos y chillidos. Tal como era tradición mía con esta polla negra de latex y en recuerdo al negrazo que tenía una igual, tenía que conseguir dos orgasmos sin ...
    ... sacarla. Por lo tanto una vez había disfrutado el primer orgasmo sin sacarme el aparato del coño, volví a cabalgar sobre él para después de unos minutos volver a correrme. Era un placer masturbarme en un sitio como este, disfrutando de la soledad y tranquilidad de esta playa.
    
    Una vez conseguí relajarme me di un baño refrescante, desde el agua me pareció ver un reflejo del Sol entre unas ramas próximas a la playa, al poco desapareció. Salía del agua para ver si había algo o alguien, pero en ese momento venía Oriol hacia el agua con las niñas, con lo cual me olvide del reflejo y estuvimos jugando en el agua durante un largo rato.
    
    Al atardecer, mientras las niñas y Oriol jugaban haciendo castillos, yo me fui por la orilla hacia el otro lado de la playa, donde detrás de unas rocas había otra calita de unos 15 metros, no están a la vista una de la otra, hay que subir encima de las rocas para poder divisar las dos calas. Subí las rocas y bajé a la otra calita a tomar un baño y tocarme un poquito el coño, me estiré donde rompen las olas, y con el vaivén de las olas y mi mano empecé a masturbarme, las olas me arrastraban por la arena, haciendo rozar mis pezones con la arena, mientras con gran habilidad mis diestros dedos hacían un gran trabajo en mi clítoris, al cabo de unos minutos disfrutaba del tercer orgasmo del día entre ostensibles gemidos y chillidos, como es habitual en mi. Me quede sobre la arena mirando al cielo, mecida suavemente por las olas, disfrutando de la paja ...
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