1. La noche que mi Fredy me vendió a unos albañiles


    Fecha: 09/09/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Toshka, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi diosaaaa!-
    
    Su ritmo se hizo rápido y mi cuerpo se retorció de placer
    
    -¡Ammmmmmmmmmmooooooooorrrrr!-
    
    -¡Aaaaaaaaaaaahhhh! ¡puta hermossaaaaa!-
    
    Sacó su verga, me volteó boca abajo y me enterró su miembro se nuevo dándome nuevos goces, me clavó miles de veces y me atrapó con sus fuertes manazas de los hombros. Mi macho Aaron resollaba en mis oídos y yo gemía como una gran puta, parecía interminable aquella grandiosa cogida pero finalmente entre gritos, resuellos, alaridos y gemidos, mi hombre me regaló toda su lechita de macho mientras su verga se inflaba con cada volumen de semen que iba expulsando.
    
    -Oooohh amor! nunca había gozado tanto papacito!-
    
    Mi Aaron me metió la lengua en el oído y sin decir nada así siguió, era tal vez lo que necesitaba yo para tener también mi orgasmo, que sentí muy dulce aplastado bajo mi macho.
    
    -¿Quieres ser mía todos los días, mamacita?-
    
    -¡Siiiiiii!, por siempre mi cielo- En ese momento me estaba olvidando de mi Fredy
    
    -¿Dónde te busco cada día?- Entonces pensé en mi primo precioso que por supuesto no quería perder
    
    -Mejor dime donde te busco yo, mi cielo- Después buscamos donde vernos ¿si?-
    
    -Mejor nos ponemos de acuerdo en algún lugar ¿ok?- Al parecer él también tenía otro compromiso
    
    -Si, ¿que te parece en la zona roja? el motel Noctrunal es de una amiga mía que nos puede facilitar nuestros encuentros-
    
    -Perfecto, muñeca; ahí seremos felices hasta que dure-
    
    -Okis, hermoso- nos vemos allá pero ya noche, como a las 10-
    
    -Muy bien, hasta mañana-
    
    Nos vestimos y nos dimos un largo y sensual beso de despedida
    
    Cuando salimos no había nadie y era muy oscuro, entonces mi Aaron me abrazó y me acompañó hasta la parada de camiones pero ya no había servicio por lo que pedimos taxis. Ambos íbamos a destinos opuestos; el resto de la noche solo estuve recordando lo fascinante que lo pasé con mi Aaron, mi nuevo amante.
«1234»