Aventuras de hotel
Fecha: 09/09/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: Josealberto88, Fuente: CuentoRelatos
Yo soy de las personas que le encantan que miren a su novia, es de lo que más me pone, darme cuenta que le miran el culo, que se lo tocan o rozan aparentemente de casualidad, eso me pone a mil y Tania lo sabe por eso cuando nos vamos a un hotel siempre trato que sea una zona donde haya mucha gente que la pueda ver, zonas donde la gente es más de pueblo, más mañosos y morbosos y por supuesto que a Tania la visto con unos vestiditos de putita para atraer todas las miradas posibles.
Un día sucedió esto ya que íbamos a salir a un hotel y mi misión era encontrar uno nuevo, Tania debía encargarse de vestirse como una verdadera zorra y como siempre, logró su encargo.
Encontré un hotel en una zona donde no habíamos ido antes, un poco más lejos de donde siempre íbamos y a decir verdad no era una zona tan buena, era un barrio un tanto peligroso y no muy bonito, pero era una experiencia nueva y ya sentía esa mezcla de miedo, adrenalina y excitación por nuestro nuevo destino.
Le dije a Tania que ya había encontrado este lugar, pero por supuesto no le dije donde era, sería sorpresa.
Cuando llegó el día fui a recogerla a su casa y salió con un vestido rojo que hizo que la sangre se bombeara con más fuerza en todo mi cuerpo. ¡Dios mío! Era un vestido nuevo, súper pequeño y con un elástico al final que hacía que se le notase aún más el hermoso culo que tiene. Tenía un escote en la espalda que llegaba justo hasta donde empezaba a quebrarse la cintura, se había laceado el ...
... cabello y tenía los labios pintados de rojo, estaba muy bien maquillada con el rímel y la base en sus mejillas y llevaba unos tacos altos y transparentes que solo llevaría una verdadera puta.
Cuando salió de su casa, como si hubiera estado ensayado, el taxista y yo nos quedamos idiotizados y con la boca abierta viéndola, ella solo se quedó en la puerta mirándonos y se reía. El vigilante de su condominio le estaba tomando fotos desde dentro de su caseta de vigilancia y ella no se movía, como si supiera que eso estaba pasando. Hasta se ponía de costado como posando para la cámara.
El taxista me miró y me pregunto si estaba seguro que la llevaría así a ese lugar. Le dije que sí que no se preocupara.
Tania se despidió del vigilante con un beso volado (¡lo que me pudo a mil!) y subió al taxi el cual nos llevó a nuestro destino.
A mí siempre me gusta bajarme un par de cuadras antes del destino, para poder exhibir como trofeo a mi novia, y así lo hicimos.
Nos bajamos en una esquina que al parecer era un paradero de buses, había una cantidad exagerada de gente y adivinen quien llamó la atención.
Eran aproximadamente las 6 de la tarde y el sol estaba casi oculto, las luces de los faros ya se habían encendido y el desorden de la gente era inevitable, todos corrían y caminaban de un lado a otro en diferentes direcciones así que solo tome la mano de Tania y empezamos a caminar rumbo a nuestro destino, todos estábamos muy apretados y era inevitable que rocen a Tania, sentía ...