1. Nuestra amiga argentina otra vez con Pau


    Fecha: 10/09/2018, Categorías: Incesto Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos

    ... más, porque estaba desnuda, Pau, me saca la blusa, el corpiño, y me empieza a acariciar las tetas, muy suaves, luego a besarlas y a comerlas, y yo le empujaba cada vez más su cara para que mis tetas (que no son muy grandes) entraran en su boca, mientras yo ya me retorcía de placer, me cuesta quedarme parada, me empiezo a agachar o a ponerme en puntas de pie, ¡no me puedo quedar quieta!
    
    Me hace subir a la mesa que tiene en la cocina, me saca el jean, la bombacha, ya estaba desnudita, ella también y se zambulle en mi conchita, pero antes se tomó su tiempo para besarme y acariciarme bien las piernas, y yo caliente esperando que llegara a mi concha, hasta que llega y me la empieza a besar, me pasaba la lengua, yo recostada en la mesa con las piernas totalmente abiertas y los pies apoyados sobre la mesa (¿me explico?), yo sabía que me iba hacer acabar, yo me acariciaba, me apretaba mis tetas, mientras ella me besaba la concha, hasta que me la empieza a franelear desesperadamente, mis jugos ya habían empapado sus manos y así sin ponerme ni un solo dedo, me robo mi primer orgasmo de la noche, pero quede muy caliente, ¡no me gusto, acabar así!
    
    De ahí nos fuimos derecho a la cama, nos empezamos a frotar las conchas, a Pau le encanta eso y lo sabe hacer muy bien, yo solo trato de seguirla en sus movimientos, mientras nos besamos, nos tocamos, ella me seguía diciendo: “amor me pones loquita” no se me hacía calentar que una chica me hablara así, nunca me había pasado, y seguimos ...
    ... hasta que acabamos las dos juntas.
    
    Yo lo cuento rápido, pero habrá pasado como una hora desde que empezamos a besarnos en la cocina, en una hora yo ya había acabado ¡dos veces! Y la noche recién empezaba.
    
    Seguimos en la cama haciendo lo que más me gusta con una mujer y es sentirnos la piel, me calienta, me gusta lo suave de la piel de una mujer, nos acariciábamos con solo el roce de nuestras piernas, hasta que Pau me empezó a tocar la concha y yo a ella, y así al principio, acostada una al lado de la otra nos empezamos a tocar mutuamente, pero cada vez nos tocábamos más fuerte, y acompañábamos esa masturbación mutua con suaves pero intensos besos de lengua, hasta que ella me empezó a meter un dedo, yo la seguí, hice lo mismo también le metí un dedo en su concha, ya estábamos las dos gimiendo, transpirando gozándonos a más no poder, hasta que acabamos prácticamente juntas.
    
    Me resulta difícil expresar el placer que sentí, y ella también, el hecho de matarnos para hacer lo posible que la otra acabe, me ponía re caliente.
    
    Sin darme un segundo de descanso, Pau se acomoda, para empezar a chuparme otra vez la conchita, yo ya estaba entregada, era como si mi cuerpo fuera de ella, estaba dispuesta a dejarme hacer lo que ella quisiera ,me gustaba lo que me hacía sentir, más cuando me decía: “rubia puta, como te gusta que te la chupe” y yo le decía: ”si, Pau, seguí, por favor me encanta, seguí así”, me estaba dando mucho placer, me encantaba, hasta que me dice: “ ahora vas a ...