Me obsesioné con serle infiel a mi marido con su mayor enemigo - Relatos Eróticos

Me obsesioné con serle infiel a mi marido con su mayor enemigo

... mi insatisfacción y que sería muy discreto, yo aproveché para darle un beso y el correspondió rápidamente, sentí su mano acariciarme la chuchita encima de mi panty.  Los besos comenzaron a ser intensos, su lengua se metía en mi boca y yo metía la mia en la de él.  A continuación metió su mano dentro de mi panty y ahora acariciaba piel a piel mi rajita, yo abrí mis piernas para que tuviera más espacio y entonces el metió un dedo en mi chuchita, entre besos me dijo que estaba mojadita, y era cierto, yo estaba muy mojada, era la primera vez que una mano que no era de mi esposo me frotaba la rajita.  Me recostó un poco sobre su pecho, para tener mejor ubicación para insertarme otro dedo, ahora tenía sus dos dedos en mi rajita y me masturbaba con ellos.  Yo comencé a gemir de gusto.  Le recordé si la puerta estaba cerrada, él me soltó y se puso de pie y corrió a cerrar con llave la puerta.  Regresó, se puso de pie ante mi y sacó su enorme verga que estaba bien parada, yo la tomé y la froté, le dije que era grande, -es más grande que tu esposo?- preguntó, le aseguré que si.  Entonces le comencé a lamer el glande como si fuera un enorme dulce, le lamí el tronco a continuación, arriba y abajo, después engullí su verga y la mamé repetidamente, Mario cerraba los ojos para degustar lo que le hacía.  Se fue excitando mucho y ahora me tomaba la cabeza para hundirme su verga en la boca, quería que me tragara toda, después se puso a follarme la boca metiendo y sacándola de mi garganta, me ...

... llenaba toda.  Sentí algunas gotas de su líquido preseminal que salían de su glande y que yo tragaba con gusto. 

-Ven párate- me ordenó.  Me puse de pie y el me fue quitando la ropa, -siempre he querido verte desnuda- me quitó la minifalda, la blusa, mi ropa interior y me dejó solo en zapatos de tacón que llevaba, se apartó de mi y me dijo -deveras que eres bella y te ves deliciosa-, luego él hizo lo mismo, quedamos desnudos abrazados y besándonos en su oficina.   Me recostó en el sofa y se puso en forma invertida sobre mi, es decir, hicimos una 69, el quedó entre mis muslos y me metió su verga en la boca, comenzamos a mamarnos los sexos al mismo tiempo.  Mario parecía que de verdad quería comerse mi rajita, sentía sus labios y lengua por todos lados, en mi ano, en mi clítoris, en mi rajita, y yo le chupaba la verga y sus huevos, los dos por momentos teníamos que soltar el sexo que mamabamos para gemir de placer, nunca había hecho un sexo oral tan ardiente.  No pude evitar correrme en su boca, Mario me limpio toda mi eyaculación metiendo hasta la punta de la lengua en mi vagina.  Y yo le mamé los huevos hasta que se corrió, metí su glande en la boca y me tragué buena parte de su esperma caliente.  

Luego, el se quitó de encima y metiéndose entre mis piernas, colocó su verga en mi chuchita y me la metió.  Mi lubricación era tanta que su enorme verga entró casi toda, me la tenía hasta los huevos.  -ohh que caliente estas por dentro- me dijo mientras me ensartaba hasta lo ...