1. Me obsesioné con serle infiel a mi marido con su mayor enemigo


    Fecha: 07/10/2022, Categorías: Infidelidad Tus Relatos Autor: yansi, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... más profundo, luego se puso a bombear su verga dentro de mi.  Empezó lento y suave, pero conforme pasaban los segundos me ensartaba duro y rápido, yo comencé de nuevo a gimotear mucho, su verga era larga y gruesa y eso me producía un placer inmenso, que no había sentido jamás.  Mi esposo era bueno en la cama, pero lo que estaba sintiendo era diferente, ser infiel tenía sus placeres.  Mario subía y bajaba mis piernas, me levantaba las nalgas para penetrarme mejor, no pude evitar correrme como una zorra diciéndole que, me cogiera más duro, que no dejara de cogerme, que me hiciera su puta, todo eso que decía yo, nunca pensé que saliera de mi boca.  Sentí que la habitación daba vueltas conmigo, sentí la cabeza caliente y un enorme satisfacción, estaba teniendo un orgasmo brutal, como muy pocas veces lo he sentido en mi vida.
    
    Pero Mario estaba muy lejos de haber terminado.  Me sacó su verga de mi inundada vagina y me puso en cuatro sobre el sofá, azotó mis nalgas varias veces y luego metió su cabeza entre mis dos masas de carne, sentí su lengua en mi culito, parecía como si quisiera penetrarme con ella el ano, después se puso de pie tomo su verga y me penetró con fuerza, me tomó de los hombros y del ...
    ... cuello para aferrarse y metérmela con furia bien profundo, parecía como si estuviera violándome, lo cual me puso aún más excitada y yo gritaba, no se si se oía afuera, pero de verdad me follaba con todas sus fuerzas, su vergota entraba y salía de mi rajita dándome un enorme placer sexual.  De nuevo no pude evitar correrme entre quejidos, pues Mario en ningún momento redujo su fuerza, al rato siento algo en el interior de mi vagina caliente, esa sensación sigue en aumento, Mario esta eyaculando dentro de mi y es una gran cantidad de semen, sin dejar de bombear su verga.  Su esperma sale por mi rajita y empieza a bajar por mis muslos.  Por fin deja de moverse, me ha echado hasta la última gota y ahora se retira y se sienta en el sofá casi desfallecido, veo sudor en su frente y en sus brazos.  Después de un rato me dice que ha sido uno de sus mejores palos.
    
    Le pido que me indique donde esta el sanitario, me señala con la mano, recojo mis ropas y entro.  Me limpio a cuquita, que está adolorida de la ensartada que acaba de estar, igual me limpio mis muslos, salgo y él sigue desnudo, le digo apunto mi móvil en un papel  y le digo que podemos repetirlo un día de estos.  Me marcho de allí.  FIN PARTE 1. 
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