UNA NUEVA VECINA 2
Fecha: 10/11/2022,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... dado que se habían quedado en la casa.
En realidad, me mudé porque quería estar solo, para poder llevar a todas las mujeres que pudiera, sin darle explicaciones a mis hijos, o esperar que no estén, pero ni me imaginé que Leonor sería la primera en inaugurar mi placer en la nueva vivienda. Habían pasado algo más de 10 meses del fallecimiento de mi esposa, y me había mantenido absolutamente célibe, hasta que fui con una amiga al telo, para no ir a casa…, a pesar de las continuas sugerencias de Leonor, y cierto nivel de seducción que desplegaba, y que yo me negaba a ver. Esa cuestión ideológica, en la relación entre patrón y empleado no quería violarla…, pero cada vez costaba más…
Y… al final sucedió, como no podría ser de otra manera. Llegado el verano, Leonor adoptó una rutina. Si bien, generalmente, por razones laborales, muchas veces yo no estaba el día que venía, sin ninguna intención expresa, Leo venía vestida “normalmente”, por lo menos lo que veía cuando yo me quedaba en la mañana, y luego, en el departamento, “milagrosamente”, se convertía en una modelo súper sexi: short cortísimo y ajustado, tapando apenas la mitad de los glúteos y exhibiendo la “pata de camello”, y una blusita semi transparente con un escote casi hasta el ombligo… ¡No podía seguir impasible! ¡Pasaría por boludo! Decidí ir al grano.
-¡Qué hermoso pantaloncito! – Le agarré los cachetes del culo por donde terminaba el short.
-¡Me alegro que te gusten! – Hasta entonces Leonor nunca me había ...
... tuteado.
-¡Y la blusita también es preciosa! – Y allí apoyé en el culo mi bulto, con la pija durísima, y la tomé de las tetas. Leonor giró con su mejor sonrisa… ¡y el beso de lengua fue brutal!
Estábamos en la cocina. Su mano derecha fue hacia mi entrepierna. La levanté y senté en la mesada. Me bajó el pantalón del pijama con el que todavía estaba. Desanudé el cordón del pantaloncito y tomando la tanga, con un poco de contorciones, se los saqué por las piernas. Las abrió… y la penetré de una. Nos abrazamos y besamos furiosamente. Sus piernas me apretaban la cintura. ¡Era una explosión deseada desde siempre! No sé lo que tardamos, pero acabamos antes que la música de la radio. A mi segunda sacudida de semen, Leo tuvo su orgasmo. Me abrazó con piernas y brazos tan fuerte que me pareció que me quedaba sin aire. El estallido fue casi instantáneo. El orgasmo mutuo se concretó en segundos.
-¡Tenía tantas ganas! – Leonor hablaba sin separar su boca de la mía. – Estaba decidida de que no pasara de este día. ¡Lástima que fue tan cortito!
-¡Hagamos las cosas como Dios manda! ¡Vamos a la cama!
Como tenía los pantalones por los tobillos, los saqué para caminar mejor, y tomando con una mano los glúteos de Leo nos fuimos al dormitorio. Le saqué la blusa y el corpiño. A menos que tuviera algo muy ajustado y de tela fuerte, Leonor no podía andar sin corpiño. ¡Tiene tetas tan grandes!
-Acostate en el borde de la cama. – Se tiró de espalda y dejó las piernas colgando.
Me agaché y comencé ...